( Nota de autora al final del capítulo. Leer, por favor, gracias. Y... ¡Disfruten el capítulo! )
Con pasos no específicando ser firmes, salgo del aula.
Quedarme dormida en clase no era la idea que tenía en mente. Pero es el único escape que he tenido de la realidad, y en general, es el de todos los humanos, ¿No? Porque el hecho de que tu propio organismo cree un espacio de descanso y aislamiento del estrés diario que una persona pueda sufrir en el día a día es una de las cosas que me fascina de la extraña y más compleja máquina natural creada: el cuerpo humano; por lo tanto intento utilizar esta herramienta en mi beneficio, para, al menos, evitar un camino incorrecto, que sería como la droga: que tomaría espacio similar a un mundo paralelo al que me encuentro ahora, destruyendo mi físico y mi mentalidad, por lo débil y vulnearble que la mayoría de la gente puede llegar a ser ante tal invento. También el alcohol, este con una persona no mentalmente estable, como yo por causas obvias, puede causarme un efecto similar al que me causaría la cocaína, o cualquier otro tipo de droga en general.
En fin.
Al llegar a mi casillero, coloqué la contraseña y al abrir el compartimiento quité mi mochila que reposaba en mi hombro derecho, haciendo que mis músculos se relajaran, para colocarlo en frente de mi, y así obtener un mejor acceso a su estrecho contenido. Saqué los materiales de las tres primeras materias, dejando mi bolso casi vacío y muy aligerado debo decir; metí la muda de ropa y el uniforme de deporte, asignatura que tendría posterior a mi merecido descanso. Que bien.
Escuchaba cuidadosamente a las personas a mi alrededor, teniendo un mejor acceso a sus vidas privadas, mientras metía un rebelde mechón de cabello atrás de mi oreja, agudisando mi oído, siguiendo mi perversa acción. Sonrío, satisfecha de algunos datos interesantes que en algún momento se me pueden hacer útiles.
- ¡Hey! - exclamó una chica azontando la metálica puerta de mi casillero, cerrandolo, sobresaltandome, sacandome de mi pequeño mundo - ¿Qué hay contigo Vanessa?
Suspire al reconocer la voz - Jessi - flexioné mis rodillas para recoger un par de lápices, ahora, encontrados en el suelo - No vuelvas a hacer eso ¿De acuerdo? - ladeé una sonrisa, que me forsaba a mi misma por dar en una posición sobre mi boca - Por favor.
Me guiño un ojo - No prometo nada - pestañea, ríe, hago el esfuerzo por imitarla, ningún éxito por mi parte.
- Cierra el pico, mexicana.
- Y tú también. - rió, hago el mismo intento por seguirla, con los mismos resultados anteriores - Vamos, tengo hambre, seguro que tú también, allá deben estar el resto de los chicos - asentí, trantando de obedecer al impulso de comer que mi cuerpo dictaba, aunque mi resultado fue un sabor amargo en mi lengua.
Sonreí forsadamente sin mostrar mis dientes, como se me es costumbre, reintentando de parecer lo mas normal posible, pero el actuar se me hace igual que tener maquillaje en mi rostro; sólo hace dar una imagen falsa de mí misma, y siento que no es mi propia identidad la que todo el mundo ve - Claro, vamos - volví a estirar mis piernas - ya que me permanecí en el frío suelo - guardé lo que se me había caído. Nuestro siguiente acto a proseguir fue el de dirigirnos a al ya usual comedor.
Durante nuestra conversación llegamos al gran portón, que, literalmente, nos abriría las puertas a un paraíso al paladar, que, es probable que lo único que llegue a cambiar en mi sea la sensación vacía de mi estómago; sin embargo antes de que mis palmas pudieran tactar el pomo dorado encontrado en un par de inmensas puertas de roble, mi amiga y yo chocamos contra algo que aparentaba ser algún chico.
- ¡Hey, ten más cuidado por donde caminas! - exclaman a mi izquierda, con su acento latino marcado que yo y dos de mis mejores -y más cercanas- amigas, todas viniendo de Venezuela. Dejando a Alexandra siendo Italiana y a Adel con su nacionalidad inglesa.
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Better Than Words (Louis Tomlinson)
Fanfiction¿Qué sucede cuando encuentras a tú alma gemela? ¿a tú media naranja? ¿al amor de tu vida?. Eso le paso a Vanessa, ella estaba en la cima del mundo, pero, mientras más alto subes, más dura es la caída. Christian y Vanessa eran la pareja ideal, hasta...