Desde hace un mes para acá encontraba una carta color rosa en forma de corazón en mi casillero, cada una de ellas escritas en una caligrafía hermosa, puedo asegurar que la dueña de cada una de estas es una chica, el problema es saber ¿Quién es?
“Como todos los días hoy te vez hermoso, ese deslumbrante brillo en tus ojos azules es tan hipnótico, que no me importaría ser tu perro, con tal de poder apreciar tan majestuosa creación, como lo son aquellos zafiros.
…Te quiere…
A.R”
No importaba cuantas veces las leyera, no podía encontrar alguna pista de quien las enviaba, ¿quién diablos es A.R?, guarde aquella carta junto con las otras, de alguna manera debía de descubrir quién era la dueña de aquellas cartas.
—¿qué haces aun aquí enano? —pregunto mi molesto compañero.
—Nada de tu incumbencia momia —contesto.
—¿Sigues buscando tu admiradora? —preguntó.
—Sí, pero no se quien pueda ser —suspiro decepcionado.
—Tal vez pueda ayudarte con eso —propone.
—¿Cómo? —pregunto curioso.
—Las cartas siempre vienen firmadas por las iniciales de tu amada, les tomare foto a las listas de los alumnos cuando Oda no me vigile y te las enviare —contesta.
—¿Cómo conseguirás eso? —cuestiono.
—Fácil, después del sexo el siempre queda cansado, aprovechare eso y las conseguiré —contesta sin ninguna clase de vergüenza.
—No quería saber tanto —murmuro.
—Pero si lo preguntaste —dice en lo que tomamos camino a la salida.
Llegue a casa, me cambie y me dedique a leer de nuevo las cartas, la dueña de estas cartas sí que había sabido como despertar mi curiosidad, seas quien seas, ya te ganaste una oportunidad conmigo.
“¿A que saben tus labios? Dia y noche me lo pregunto.
Tus laos se ven tan finos, suaves y deliciosos, quisiera devorarlos en millones de besos, ¿me dejarías hacerlo, algún día?
…Te Quiere…
A.R”
Mi celular empezó a vibrar como loco, lo tomé entre mis manos y vi que eran las imágenes de las listas, Dazai lo había conseguido, la ventaja de ser el amante del director de la escuela.
Tome imagen por imagen, buscando así el nombre de mi amada, pero para mí mala suerte ninguno de los nombres de mis compañeras tenía esas dos letras juntas. Mi celular volvió a sonar, Dazai me estaba escribiendo.
Es mejor que mires los nombres de los hombres, no encontraras nada con las chicas
¿Cómo lo sabes?
También te ayudo desde aquí, Oda no despertara por un buen rato.
Entiendo, ¿alguna lista en especial?
Una de un grado menor, curso 2-A
Busque aquella lista entre mis imágenes, mire uno a uno los nombres encontrando Ryunosuke Akutagawa, no puede ser él, ese chico, no, no puede ser.
¿Te sorprende?
Sabes que sí, ese chico siempre que me ve, me mira mal.
Solo disimula, ese chico está enamorado de ti, le gustas al raro del colegio.
¡Cállate idiota!
Ja, ja, ja, vamos no te molestes. ¿A caso te gusta a ti también?
¡No! Adiós.
-Chuuya se ha desconectado-
Akutagawa Ryunosuke, ¿Por qué simplemente no me lo dices a la cara?
“Eres el sol que ilumina y calienta mis días, tu perfección me enamora, Chuuya, eres tan bello que los mismos ángeles te envidian.
Un día anhelo andar de la mano contigo, un día, que espero no sea muy lejano.
…Te Quiere…
A.K”
Lo hare, mañana hablare contigo y después de eso sabrás mi respuesta a tus cartas.
La noche paso más lenta de lo normal, como si no quisiera que la mañana llegara, que al llegar esta, era tan fría y gris como si dijera que algo malo estaba por llegar. Al estar listo salí de mi casa rumbo al colegio, al llegar allí una brisa fría recorrió mi cuerpo.
—Chuuya —escuche que me llamaban así que me gire— te traigo esto.
—¿Por qué? —pregunto en lo que tomo la carta.
—Lo siento mucho —murmuro en lo que se alejó corriendo.
Miré la carta por unos segundos más, por alguna razón tenía miedo de abrirla y leerla, pero, aunque mi corazón se encontrara latiendo como loco y mis manos temblaban, la abrí.
“Hoy no pude verte, de hecho, nunca más lo hare, mi corta vida llego a su fin.
Esta es la razón por la que nunca me atreví a decirte todo lo que sentía, no quería ilusionarte, enamorarte y luego simplemente destruirte con mi partida eterna.
Las cartas esa fue mi mejor manera de hacer que pensaras en mí, aunque no supieras quien era.
Chuuya, desde hace más de un mes estoy en el hospital, las cartas mi amigo te las hacía llegar y me contaba de cada expresión que se dibujaba en tu rostro.
Curiosidad, Confusión, felicidad, alegría y ahora mismo puedo asegurar que tristeza.
Perdóname, fui un cobarde.
Te quiero demasiado.
El azul de tus ojos, serán para siempre mi cielo.
…Te Quiere…
Akutagawa Ryunosuke
Los brazos de mi amigo me atraparon cuando mi cuerpo simplemente se desplomo por completo.
Había perdido a mi admirador secreto, la persona que día tras día con cada carta me enamoraba, sin siquiera saber quién era el.
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