Todos esos juegos promiscuos que ella tenía que jugar.
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LEILA
Me encontraba sentada en la cama de mi habitación mirando mis manos que reposaban en mis piernas, preguntándome ¿Por qué se fue él?
¿Por qué no pudo esperarme?
Hoy es mi cumpleaños y mi papá no está aquí conmigo.—Leila, cariño prepárate, pronto vendrán tus amigos y debes estar lista—Dijo mientras mi madre entraba a mi cuarto—¿No quieres festejar tu cumpleaños?—Me miró dudosa
—Mamá sólo quiero a mi papi—Sentí mis mejillas mojadas—Pero él no está aquí—Rompí en llanto, mi madre sólo me aferró a su cuerpo
—¿Quién dice que no va a estar contigo?—Preguntó mientras le brindaba caricias a mi cabello—Leila el siempre estará contigo, vivirá por siempre aquí—Dijo esto último apuntando a mi corazón—¿Entendido pequeña?
—Entendido mami—Sonreí débilmente, cuando me separé de ella me di cuenta que también estaba llorando
—Ahora ve a bañarte—Dio un ligero empujón en mi espalda para así encaminarme al baño.
Horas después
—Feliz cumpleaños Leila—Decían todos los señores mientras tomaban mi mano, en modo de saludo
—Mamá no creo que estos hombres sean mis amigos—Susurré para que sólo ella pueda escucharme
—¿Por qué Lei? Todos son muy agradables cielo—Me miró sonriendo—Oh ahí viene un hombre muy importante, debes saludar ¿Entendido?
—Entendido—Hablé sin ganas
—Tú debes ser la pequeña Leila ¿No es así corazón?—Miré al dueño de esa voz, un señor de la edad de mamá, traje gris y corbata azul marino
—Contesta Lei—Escuché a mi madre decir eso
—Así es señor, soy Leila McEntire, mucho gusto— Estrechamos nuestra manos
—Uh una señorita muy educada, te han enseñado modales ¿No es así corazón?—Habló arrodillandose para estar a mi altura, asentí en respuesta—Eres muy hermosa—Acarició mi mejilla lentamente—¿Cuántos años cumples?—Preguntó ahuecando mi rostro en sus manos
—8 años...—Hice una breve pausa—señor
—Dime John—Terminó y besó mi mejilla por unos largos segundos, después se levantó—Meissa ¿te importa si hablamos unos minutos?—Le preguntó a mi madre
—Oh claro que no, vamos—Sonrió mostrando sus blancos dientes—Ya vuelvo Lei
—Hasta luego señorita Leila—Me guiñó el ojo, se dio la vuelta y camino con mi mamá. Solté el aire que había estado reteniendo en mis pulmones
No creo que esos hombres mayores sean mis amigos
MEISSA
—Señora McEntire, su hija es muy bella ¿Lo sabía?—Me miró con una sonrisa de lado
—Puede decirme Meissa, claro que Lei es una niña muy hermosa—Miré el suelo—Sólo que sin su padre es ahora más callada y apagada, sin Joseph podremos quedarnos sin dinero, sin casa. Estoy frustrada porque no me siento bien, estoy destrozada y perdida sin él —Hablé preocupada
—Meissa usted puede sacar provecho a esa belleza. Yo puedo ayudarla a encontrar maneras para disminuir el dolor—
—Creo que no lo entiende, estamos tratando de salir adelante, no tenemos mucho dinero y menos si me siento de esta manera—Dije dudosa—Si se refiere a que Leila sea modelo o algo así, no me parece buena idea
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A MILLION MEN (RAMÉ)
Teen FictionElla era una niña que iluminaba el mundo con sus ojos, pero poco a poco estos perdieron el bonito color del cielo Ella tan sólo tenía 8 años cuando su madre la dejó caer en las manos de esos hombres mayores, ¿Por qué despertaba con ellos? ¿Cómo se...