Una Mente Desequilibrada

SIETE

Creo que las personas como yo también tenemos nuestros momentos, esos segundo en los que pensamos que también todo podría ir bien, son breves... Tan fugaces como el clic de un interruptor al encenderse una luz.

También tenemos momentos de dependencia, de dolor, de ese desazón que solo nos marca y nos dice que tan malditamente necesitados de afecto estamos.

Y nos suena a locura esa independencia que deseamos, esa iluminación de alma que nos dice que solos estaremos bien y tal vez es así, nuestra necesidad de afecto es tan grande que asfixia empezando por uno mismo, es tan grande nuestra necesidad de afecto que nos auto saboteamos y miramos que las hormigas no hablen mal de nosotros.

Es tan grande la necesidad de afecto que te minimiza, no porque quieras, sino porque es necesario, es indispensable pedir amor y afecto porque somos incapaces de amarnos y no porque no queramos o no lo intentemos, todos los días uno intenta amarse y entregarse a si mismo y siempre fallamos (algo va mal) las pastillas ayudan si quieres ser ayudado (quieres ayuda?)

Y el problema de afecto va mas allá, incluso mas lejos que la típica pregunta "Cuánto me quieres?" y la original respuesta "Hasta la luna,de ida y de vuelta". Sí, todo va mas allá de una sola contestación, incluso resulta asfixiante la necesidad de afecto, nadie nos llena, nadie cubre el requerimiento y no interesa, seguimos intentados como cazadores de objetos perdidos.

Por favor ámame, por favor dejame libre, por favor entiendeme, nadie quiere entender a un loco hasta que el loco le escupe en la cara.

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Pero ese no es el tema y lo es al mismo tiempo, lo es para la pareja; porque no lo entiende y cree que el amor todo lo cura y todo lo puede.

El tema aquí es que el loco por un segundo cree que esta mejor sin nadie que trate de curarle, esta mejor como ermitaño, porque así no lastima a otros.

Porque así tiene paz y es feliz momentáneamente.

Porque ese momento de iluminación dura el mismo tiempo que tu encendiendo las luces de tu casa.