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"Tengo una flor, es para ti".

Caminó a su casa, algo contento al recordar a aquel lindo chico. Pero, ¿las cosas estaban bien?, digo, el mismo pensaba que estaba mal tenerlo de amigo, no por ser diferente, sino por qué el menor estaba siendo buscado por la guardia real, algo que no se le hacía justo. Lo bueno es que solo NamJoon sabe, el es su confidente desde que la lluvia inundó su casa y se fue flotando, hasta casi ahogarse. NamJoon no le diría a nadie, ¿cierto?

Él estaba tan absorto en sus pensamientos que rápidamente llegó a su pequeño hogar, estaba un poco cerca del bosque, por lo cual aveces salía y le daba de comer a los pequeños animales del bosque a escondidas de su madre, ya que ella no lo dejaba. Abrió la pequeña puerta y se agachó un poco para entrar, para ver a JiMin y a su madre preparar la cena.

—¡Hey TaeHyung!—saludó JiMik, con una sonrisa que tapaba un poco sus ojos.

—Hola, JiMin.—le sonrió de igual manera.—¿Y mi hermano?

—YoonGi está vendiendo dulces.—el de menor estatura se puso frente al jardinero.—Quizás, tú sabes, termine regalándoles dulces a los niños.—susurra, haciendo reír levemente a su contrario.

JiMin ayudaba a la madre de TaeHyung y de YoonGi, aunque YoonGi es adoptado, la madre de ellos, Kim NaHee, lo aceptó con gusto en su casa, ya que siempre quizo tener un hijo. Luego, tuvo un amorío con el rey a escondidas y lo dejó con un hijo, al cual llamó TaeHyung. Nadie supo sobre el amorío entre ellos dos, solo JiMin, y lo mantuvo en secreto, siendo agradecido por NaHee. Hace dos años que JiMin vive con ellos, ya que no tiene con quién vivir porque sus padres viven en un pueblo un poco más lejos de allí y lo visitan de vez en cuando.

Hubo un momento donde TaeHyung quedó completamente perdido en JiMin, pero fue rechazado por él, olvidándolo por completo. NamJoon y YoonGi son los únicos que supieron de eso.

—Iré a mi cama.—les regala su característica sonrisa cuadrada.—Hasta mañana.—se despidió de un beso de ambos y fue a dormir.

"Pero es difícil, don't smile on me, light no me, porque hacia ti yo ya no podré ir, escondido en esta máscara iré a buscarte."

Escuchaba sonidos de animales varios, y de un conejo en especial que estaba llorando. Se acercó a él, con un pequeño trozo de comida en su mano y se lo puso a su lado.

—Para ti, pequeño.—le sonríe y acaricia su cabecita, para luego ser llamado por su madre.

—Los niños de ocho años no deben estar en el bosque.—lo sermoneó.

—Lo siento madre.—bajó la cabeza leve.

Desde ese día, iba con máscara al bosque, para que su madre no lo regañara.

Se despertó de golpe, asumiendo que era hora de trabajar. Vio a su alrededor y estaban dormidos, así que decidió ir a pasear por el bosque. Salió de su pequeña cama y bajo de ella tomó su máscara, la cuál era blanca, y de la puso, para salir de la casa con cuidado e irse corriendo al bosque.

Estaba muy oscuro, así que no veía casi nada, muy peligroso a su gusto.

Llegó a su árbol favorito y se sentó en el, para empezar a llorar, tenía miedo de que algo le pasara a su pequeño amigo, y también a la familia, ¿qué tal si lo despedían por ocultarlo?

—TaeHyung...¿porqué lloras?—preguntó una voz suave, al lado de él.

—¿K-Kook?—sorbió por la nariz, para limpiar riendo sus lágrimas.—Yo no estoy llorando, mira.—dijo con la voz algo entrecortada.

—Tae, desde el día que viniste al bosque quise acercarme a ti.—sonríe mientras apoya su cabeza en el hombro del mayor.—Yo era muy pequeño, tú me diste de comer, y... bueno, desde ese día vi lo buena persona que eras y quería hablarte.—se cambió a un conejo y se puso en el hombro de Tae, rozando su mejilla.

—Oh, ¿por eso estabas en el jardín?—preguntó el de voz grave, para que JungKook luego bajara de su hombro y se volviera humano.

—No, estaba buscando una flor en el jardín.

—Hablando de flores.—tomó el rostro de Jeon por la barbilla y sacó un clavel de un bolsillo.—Toma.

TaeHyung no sabía que esa flor era la favorita de JungKook.

—¿De donde la sacaste?—la tomó con inseguridad, no quería que se rompiera.

—De mi jardín, crecieron dos claveles de la nada.—acarició la barbilla del chico, ruborizándolo.

—Wow, gracias Tae.—abrazó al contrario, sin soltar el clavel, haciendo que el otro correspondiera el abrazo.

And I still want you.—susurró para sí mismo.

Kook estaba emocionado, hace poco que alguien lo acepta y le da el mejor regalo del mundo, ¿pondría aquella flor en agua?, ¿donde la guardaría?

—Tae.—dijo, aún abrazándolo, pero con una sonrisa pequeña.

—¿Sí Kookie?—acarició su espalda, ocultando su rostro en el cuello del menor.

—¿Es posible amar a alguien a quien apenas conoces?—borró su sonrisa, para ver el clavel en la espalda del mayor.

—Claro que sí, el amor no es de tiempo, es de química.—ríe por la inocencia del menor.

—¿Entonces puede ser posible que me guste-?—no terminó su pregunta ya que el mayor le había dado un pequeño beso en los labios.

—Las preguntas luego.—ríe.—¿Quieres ir a mi casa a dormir?, diré que te vi en la ventana y no pude hacer nada más que te quedes conmigo.

—Bien, me gustaría ir allá.

Kook se transformó en un conejo y se puso en la cabeza de TaeHyung, haciéndolo reír, para luego caminar a su casa.

Abrió la puerta silenciosamente y la cerró de igual manera, para caminar a su cama.

—Tú aquí, yo acá.—señaló un extremo y luego el contrario susurrando, para no despertar a nadie. Puso al conejo en la cama y se acomodó en su esquina, para que luego TaeHyung se acostara en la otra.—Buenas noches.—le deseó al conejo, dandole un pequeño beso en la cabeza.

YoonGi abrió los ojos, ¿su hermano estaba durmiendo con un conejo?

The truth untold; VKook. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora