No eran zarzas lo que rodearon mis sentimientos. Eran espinas, salvo que yo evité podarlas por miedo. Cada problema al que huí.
La terapia de la Dra. Cruz funciona. Mamá se ha recuperado con éxito. Me atreví en ir a visitar a Charles, al cuál no veía desde el accidente de hockey, hace tres años. Le pedí disculpas, dijo que no pasaba nada, que ya pasó y comí galletas.
Lo mejor de todo, Matthew me correspondió. Él no es mío ni de nadie. Él es él, con sus gracietas, consejos, berrinches y todo lo que amo de él. Me ayuda mucho.
Por fin, las rosas brotan.
- M. Zarzoso
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Zarzoso
Non-Fiction"Por favor, no os vayáis. Puedo dar todo para vosotros. No os vayáis" En la corta existencia de Matías, este se ha esforzado mucho para sentirse lleno. La gente llena, aunque no sea de buena manera. Ha de salir de la zarza para que florezcan las ros...