•Segunda Oportunidad•

I

-...¿Por qué me dejaste cuando mas te necesitaba?- Ahí estaba sentada, encima de la nieve... debajo de nuestro árbol. Aquí mismo fue donde me prometiste nunca dejarme sola de nuevo, entiendo por completo tus deberes de "guardián", pero lo juraste... ¿por que lo juras si no lo cumples?.

-¿Por que sigo creyendo en ti?- Han pasado 11 años, desde aquella promesa, todos los viernes sin falta alguna venia a este árbol, tenia apenas 6 años cuando me lo prometiste, los viernes de los primeros meses venias, sin retraso y siempre con una sonrisa.

-¿Por qué ya no venias mas?-Acaso te hartaste de mi, lo mas seguro es que te aburriste de tanto jugar conmigo. De un momento a otro salieron las lagrimas por si solas, quería que se detuvieran, simplemente ellas tenían el control en ese momento.

-¿por que vienes todos los viernes niña?- Ahí estaba el odioso de mi escuela, normalmente conocido como Maximiliano, pero mas conocido como "Max el idiota", bueno así yo le dijo.

-¿Se te perdió algo?-

-En realidad me preguntaba ¿por qué hablas sola?- Ahí fue cuando procese lo sucedido "me escucho"

-si hablara sola seria mi problema, no el tuyo, ¿por que no vas a joder a otra persona?-

-¿Con esa boca besas a tu madre?-

-Como jodes- me pare lo más rápido de la blanca nieve y me puse el gorro de mi sudadera.

-Oye oye no te- No seguí escuchando, ya que empece a correr lo mas rápido que me permitían mis pies y piernas. Me adentre a una parte del bosque que no conocía para nada. "Y yo creía que lo conocía a la perfección".

-Genial ahora no se donde estoy- Caminaba sin rumbo alguno, hasta que me tope con un lago congelado y una pequeña casa abandonada.

-miren quien nos trajo el aire- reconocía perfectamente esa voz .

-Hay no ... sigues vivo-

- y al parecer el si te abandono-

-Cállate, tu no sabes nada al respecto de el y yo-

-Se más de lo que te imaginas- En ese momento solo me recargue en un árbol cerca y me senté de nuevo, escondiendo mi rostro entre mis piernas. El tenia razón el me dejo sola. - A mi no me puedes negar nada... Pingüinita-

-CÁLLATE TU NO TIENES DERECHO DE LLAMARME ASÍ- le grite.

-Oh vamos ___ , no seas egoísta, o que ese apodo te recuerda a el-

Me arte en ese momento, me pare y lance un golpe donde suponía que andaba el, pero como siempre era muy lenta.

-Tranquila ___, espero verte de nuevo-

-como sea- dije sin mucho interés y empece a caminar, ya se estaba haciendo de noche y por fin había llegado a mi solitaria casa.

Me fui directo a mi cama sin mas rodeos, me cubrí con las cobijas y abrace una de mis almohadas.

-Yo sigo creyendo en ti... Jack Frost-

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