Amor Sin Límites

Capítulo 8 (Final)

July no tenía ni puta idea de quién era esa persona encapuchada. Empezó a correr como retrasada, pero esa cosa la agarró del hombro. Los pendejitos se quedaron mirando y nunca se les ocurrió hacer algo, tal vez estaban drogados, era lo más probable. 

  — ¿Quién rayos eres tú?— preguntó July enojada.

  — Ya deberías saberlo...

July se imaginaba que ahora esa persona iba a cantar "A las chicas de verdad les gusta el pollo frito", pero sorprendentemente, no fue así. Al parecer, ese meme ya estaba demasiado muerto. 

  — Mira, la verdad que no sé, así que no me jodas. Estoy demasiado ocupada para hablar con extraños.—se quejó.

  —  Pero, tú ya me conoces.

  — Eso es imposible. Todas las personas que conozco están muertas. 

  — Menos yo, subnormal.

  — Estás diciendo eso solo para llamar mi atención. Ya vete de aquí.

  — Dios mío, te dije antes que ibas pagar. No me voy a ir sin haber cumplido mi objetivo.

  — Mira, yo no tengo ni un puto centavo, así que te vas ahora mismo.

  — Te faltan algunas cuantas neuronas, ¿no?

  — Mierda, creo que fue ese polvo azul extraño que estaba en el bosque.

  — Agh, como decía. Nosotros dos tenemos varios asuntos que arreglar.

  — Lo que deberías arreglar es tu forma de tratarme.

La persona se enojó. Tenía ganas de pegarle una cachetada, pero se controló. De una vez por todas, se sacó la capucha que le tapaba toda la cara. July se quedó atónita. Eso o era una broma o una pesadilla. Los pendejitos empezaron a comer pochoclos (palomitas, cabritas, crispetas, como sea). Eso parecía una muy buena película. 

  — Yo soy Juliana de las Rosas del Jardín de la Concha de tu Hermana, o mejor conocida como, la verdadera July. —dijo esa cosa que había aparecido de la nada. 

  — ¡Imposible! ¡Pensé que estabas muerta!

  — Puede ser que hayamos hecho un trato antes, pero yo siempre supe que era lo que realmente querías hacer, entonces, hice todo para evitarlo.

  — ¡Cállate!¡Si lo de antes no sirvió, estoy obligado a matarte ahora!

  — Siempre fuiste un estúpido, Random. Engañarte fue muy fácil.

Los pendejitos se enojaron al saber que Random estaba allí, pero no se metieron porque iban a cagar la escena. Además, se empezaron a matar de la risa cuando se enteraron que Random estaba vestido de mujer, no se notaba para nada que era un hombre, y menos, que era él. 

  — ¡No sé cómo carajo pude equivocarme! ¡Todo es tu culpa, July!

  — Debo admitirte que realmente se sintió asqueroso estar disfrazada de ti.

  — ¡¿Y tú piensas que yo estoy bien así?! Aunque... bueno... no está tan mal, o eso creo.

  — Como decía, todo este tiempo te hiciste malo y la pura realidad es que eres muy débil.

  — ¡Mentira! ¡Mi plan era perfecto! 

  — Fuiste muy idiota al pensar que yo iba a hacer todo lo que me pidieses.