Viktor quedó impresionado cuando el elegante secretario Katsuki se presentó ante él con un atuendo especialmente diseñado a medida, no llevaba las gafas y traía el cabello recogido hacia atrás, aunque Yuuri por lo general era atractivo, en esa ocasión estaba maravilloso. El empresario tuvo que tragar saliva varias veces para encontrar su voz.
¿La noche tenía algo especial? Su jefe tenía una expresión extraña que lo estaba incomodando.
──El auto está listo, Señor Nikiforov,
──advirtió Katsuki mientras hacia una leve inclinación en reverencia al mayor.
──Vamos, ──respondió saliendo de su ensoñación, su voz salió natural, grave y sin rastro de vacilación, pero todavía estaba alucinado con la radiante belleza del azabache.
El platinado dejó la habitación primero, por supuesto su porte estaba impecable, pero nadie más aparte del nipon sería capaz de notar el pequeño error en su vestimenta, era intolerable salir así a una reunión importante, una vez en el elevador le había notado mirándolo con persistencia.──Un segundo,
──dio un paso hacia el más alto, arregló el nudo de su corbata al punto de dejarlo mejor que perfecto y le colocó un alfiler plateado para mantenerlo en su sitio, además acomodó con sus propios dedos un mechón rebelde de su peinado
──Está hecho.
──Gracias, buen trabajo.
Aunque la seguridad natural con la que un empresario se desenvuelve era la principal característica de Viktor, en el fondo estaba desubicado con las nuevas sensaciones que estaba experimentando con eventos tan triviales para ambos hombres.
Agradeció que las puertas del elevador se abrieran de par en par, estaba experimentado una sensación extraña de ardor interno, no quería mostrarse así frente a su secretario, por nada del mundo, siguió su camino por delante del azabache hasta llegar al auto que les esperaba con la puerta abierta, tuvo la sensación de querer saltar dentro, necesitaba calmarse y ser el hombre confiado y orgulloso de siempre.
Su destino era un hotel elegante a las orillas del océano, incluso la recepción tenía una vista espectacular al mar, los dorados y la cristalería se adueñaban por completo de las instalaciones incluso desde el exterior, había risas por compromiso y el sonido de los corchos al abrir la champaña se le apetecieron agotadores, el joven empresario entró acompañado de un precioso nipón que los compañeros de negocios del platinado no dejaron de notar, la excentricidad era una característica de todos los Nikiforov al tener consigo tales bellezas, fue una noche larga, exhaustiva donde Yuuri tenía que conseguir a toda costa que su jefe quedará bien delante de los otros empresarios y posibles socios, como siempre, concluyó con sus deberes impresionando una vez más al Señor Nikiforov.
──Of course, Mr President Leroy.
──So, this is then in your hands.
Lo vio esbozar una sonrisa llena de confianza cuando le palmeó el hombro, luego hizo un guiño dirigiéndose hacia otro grupo de empresarios, Katsuki suspiró algo agotado de las conversaciones en las que tenía que arreglar los estragos de las actitudes caprichosas de su jefe con los inversores importantes. Viktor por su parte parecía despreocupado actuando coqueto frente a un par de chicas a las que identificó como Mila Babicheva y Sala Crispino. La noche pareció correr lenta, ni siquiera fue capaz de disimular lo duro que había sido participar en la velada.
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La boda del secretario.[One-shot]
Fanfiction«Señor Nikiforov, renuncio» Viktor no puede explicarse porqué luego de cinco años juntos el secretario Katsuki le entrega su carta de renuncia. Pronto descubre que lo necesita por motivos más personales que profesionales, pero todo se sale de contro...