¡serás mi mujer!

-cap.06-

Semanas pasaron desde que él se fué, todo estaba tranquilo en la hacienda y en la casa, Lunch no la molestaba y no volvió a darle tareas de más.

Igual poco se la veía, se iba a tomar el té con amistades y por la noche no dormía en su habitación.

Le tocaba ir al mercado y tuvo que ir a pie ya que picoro no estaba. Había llovido y el piso estaba resbaladizo, con todo lo que tenía entre manos y en la canasta no vió el pequeño bache en el que quedó su pie, este se doblo y cayó.

Gritó y se odio por tirar todo lo que había comprado, de inmediato le tendieron una mano para levantarse, de un fuerte tirón estaba de pie, dolía y quería lamentarse pero la verdad es que, se quedó sin aliento al ver al hombre que la había ayudado.

-¿esta bien señorita?- en tono de preocupación.

-¿He?-

-fué un golpe terrible, déjeme ayudarle- el gentil hombre la llevó a sentarse a una banca y luego volvió a recoger las cosas del suelo, y las dejó a su lado.

-gracias- sólo eso podía decir <que atractivo>.

El se agachó y tocó suavemente su pie -si se lo dobló, puede ser un esguince- la miró al rostro -¿Le duele mucho?- revisando su pie.

Ella asintió -¿quien es Ud?-.

-¡oh, qué tonto! me olvidé de presentarme, es que soy nuevo aquí, soy el nuevo doctor del pueblo, mí nombre es Black, y vengo desde las islas del norte.

Ella simplemente se sonrojo¡qué caballero más atento y bien parecido! <a diferencia de otros arrogantes>.

-¿puede caminar señorita?- ayudando a levantarse.

Ella intentó pero su cara develaba que le dolía aunque no se quejara <¡qué fuerte era!> empezó a tomar sus cosas para retirarse.

-¿vive muy lejos?-

-bastante-

-déjeme ayudarle-

-no es necesario, puedo-

-no es cierto- tomó los víveres entre sus manos.

Luego de una charla dónde ella salió perdiendo, el atractivo caballero la convenció de ayudarla, la subió a su caballo se acomodaron y partieron a la hacienda con las indicaciones que ella daba.

Pasaron varios minutos antes de llegar, la mujer se sentía protegida y acompañada, él era agradable y educado.

La dejó en el portón de su casa -no le he preguntado su nombre, que descortés de mí parte- trepando en su animal.

Ella sonrió-soy Milk-.

-bien recuerde mis recomendaciones-le alcanzó la cesta -¿cuándo irá al pueblo de nuevo?-

-la próxima semana- le sonrió.

-bien- le devolvió la sonrisa-pase a verme si quiere, hasta luego-.

-adiós-.

Pasaron días hasta que el tobillo dejará de dolerle, todo estaba muy tranquilo, en cierto momento extrañaba un poco a su patrón y sus insinuaciones, también sus besos.
Había soñado con él, sueños maravillosos dónde el la "amaba" en todos los lugares.

Se había encontrado a Black y aunque bello y simpático ¡no era lo mismo! <aunque para que ilusionarse con cualquiera, sólo era la criada >

Tenía tiempo libre, ya que era una secreto a voces que la señora Lunch, se revolcaba con los peones y amigos de ella. Casi nunca estaba, limpiaba si, pero poco cocinaba.

Pasaron dos meses completos en que la rutina era aburrida, y muchas veces no sabía qué hacer con el tiempo libre, asique salía a caminar o charlar con Black <que suerte tienes le dijo fasha, hombres de dinero se fijan en ti... Sólo como un juego, sólo era la criada >.

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¡Mierda! Por fin estaba llegando, dos meses sin verla, se le hizo eterno, la extrañaba horrores, extrañaba todo de ella, había ido de pueblo en pueblo hasta llegar a la ciudad, había estado en hoteles y bares, pero no pudo, ni quiso estar con una mujer, simplemente por primera vez sentía que traicionaba a alguien, y se apuró lo más que pudo para volver, por fin tenía todo claro, no solo quería sexo con ella, lo quería todo, no cayó en sus redes ni insinuaciones, no se dejó comprar tampoco, y lo conquistó por eso, aunque estaba convencido que NO la amaba.
Ella no lo quería por su dinero, de hecho no lo quería aún. Pero lo querría, se ocuparía de ello.
Rompería su matrimonio tenía todo a su favor Lunch era infiel lo demás sobraba.

Unas horas más galopando con Tormenta, y ya estaba en su hogar.
Se acercaron los peones a recibir el caballo y él solo entró, la casa estaba tranquila, preguntó por su mujer y ella no estaba según la criada, preguntó por Milk y le dijeron que estaba en el pueblo comparando víveres.

Bien se daría un baño primero.

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Otra vez el insistió en llevarla a la hacienda, fueron en su caballo, ella sentada frente a él, charlando mientras el ocaso tocaba tierra, una imagen romántica de las que quiera vivir, de niña.

Solo había ido al pueblo a comprarse unos zapatos, y un nuevo vestido, modesto para trabajar, pero él no la dejó irse sin antes tomar el té, le había manifestado que estaba interesado en ella y no le importaba su condición social actual. Y no supo que responder.

Llegó a la hacienda, notó algo de alboroto pero lo ignoró. Se bajaron del lomo de zamadzu, su caballo.

-¿Cuándo volveremos a vernos?-tomándole la mano.

-no lo se Black- soltando con sutileza su mano.

-bien, pasa por mí consultorio cuando vayas al pueblo-

- claro- sonrió.

Tomó la reja entre sus manos y sólo logró correrla unos milímetros antes de que una mano se posara en su hombro, se giró y lo último que vió fué el rostro de Black acercarse con rapidez¡La estaba besando!. Colocó con suavidad sus manos en el pecho de él y él puso una mano en la nuca femenina y la otra en su cintura. <Debía empujarlo y alejarse> pero esto solo sirvió para comprobar que no era lo mismo, no estaban las mariposas en el estómago en este beso Con él.
Black profundizó el beso, y ella correspondió sólo para volver a comprobar que no estaba esa pasión abrasadora que sentía con Goku ...

Despacio se alejó de él, quería decirte que esto no se volvería a repetir pero la sonrisa en su rostro no la dejó, sólo optó por callar y entrar con sus bolsas.

-adiós hermosa-

-adiós-

Se sentía confundida de un tiempo hasta acá, pero lo de recién sólo le hizo reafirmar lo que sospechaba,le gustaba, le gustaba su patrón, le gustaba Goku.
Pero ¿cómo darse una oportunidad con alguien que sólo queria jugar con ella?.

< Bien quizás un baño para seguír aclarando ideas>.

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Odio, rabia, indignación, traición, humillación, asique...¿esto es un corazón un roto? No no lo era, sólo era su ego lastimado, su orgullo herido.

Lo vió todo desde el ventanal.

<Zorra maldita>.