capitulo 4

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-¿Ya aprendió la lección?- dice Don Francesco y levanto levemente mi cara llena de lágrimas y mis manos aún sosteniendo la comida. Sentía como mis manos estaban llenas de ampollas gracias a las quemaduras que ocasionó la comida caliente; sin embargo, esta duró una hora y media, poco a poco con el viento la comida se iba poniendo cada vez más tibia.

-Si señor, le prometo que no volverá a pasar- Es lo único que puedo decir.
No puedo llevarle la contraria a este hombre, pero a veces me provoca agarrarlo y pegarle unos buenos puñetazos, ya que considero que por más falta que una persona haga, siempre se le debe corregir de forma respetuosa y no con tortura.

-Eso espero, de lo contrario, si lo vuelve a hacer, esta vez no será usted al que espose y ponga comida hirviendo en sus manos. Si vuelve a pasar, los próximos van a ser sus hermanos.

- ¿Correcto?- responde Don Francesco y lo miro tratandonde disimular mi mala cara reflejada en odio e ira hacia él. No me puedo imaginar a mis hermanos pasando por esta situación.

-No tiene por qué decir eso Don Francesco, no volverá a pasar y eso se lo puedo asegurar yo mismo, así que no se preocupe.- Respondo con total amabilidad, pero por dentro me siento a punto de estallar en ira.

-No soy yo el que se tiene que preocupar. Dice mientras me quita las esposas de manera brusca y burlona, yo simplemente me levanto y me dirijo a hacerme curación, en la mansión siempre ha habido un botiquín así que prosigo a usarlo.

Mientras me curaba yo mismo, pensaba en Melody, no puedo creer que una chica tan bella sea sobrina de un ser tan hiriente e incompetente, tal vez sus padres sean totalmente diferentes, tal vez ellos sean muchísimo más amables, pero por lo tanto, Don Francesco a veces es muy amable, lo noté cuando le dio todo eso a mis hermanos, nunca han tenido cosas de ese valor, ni mucho menos un perfume. A veces, pienso que Don Francesco tiene un grave problema respecto a su bipolaridad, hay algo en mi interior que dice que está completamente loco.

Un cuerpo que ingresa a mi habitación despeja todo tipo de pensamiento, es Don Francesco, ¿Ahora que querrá?

-Necesito que vaya y laves la losa que ensuciamos, hoy es el día libre de Rosita así que todas las tareas respecto al aseo te tocan a ti, no demores.- Rosita es la empleada de servicio, muy amable pero algo controladora a veces, tiene un fetiche que me causa mucha gracia, ya que si llega a ver una sola mancha en el suelo o en alguna parte de la casa se vuelve completamente loca.

-Si señor, en seguida bajo... Mm, ¿señor?- Necesito preguntarle.

-¿Qué pasa?- Responde Don Francesco.

Desde que Melody me trajo aquí no la he vuelto a ver y algo en mí tiene la necesidad de querer ver esos bellos ojos de nuevo, así que me tomé el atrevimiento de preguntarle a Don Francesco...

-Hace mucho que no veo a Melody por acá, no quiero que piense que me gusta ella, es solo que ella fue la única persona que me visitó cuando estaba en el hospital así que se a ganado parte de mi respeto, ¿Usted podría llamarla y decirle que cuándo podría venir?- menciono con algo de timidéz en mi tono, por lo que es su tío y tal vez lo tome como algo malo con el hecho de que yo quiera ver a Melody.

-Algo tiene que saber usted muy en claro, Melody no es para usted; me refriero a que ella es estrato 10 y usted estrato 0, ¿Logra comprender la gran diferencia? Sin embargo, le haré ese favor solo porque sé que mi sobrina también quiere verlo, lo sé porque cuando está con usted la noto muy contenta.- responde con bastante sinceridad diría yo.

-No se preocupe, yo sé perfectamente que nunca encajaría en el mundo de Melody, pero muchas gracias por entender y hacerme el favor, en verdad se lo agradezco mucho.-digo contento.

Termino mi curación y enseguida me dirijo a la cocina en donde veo un montón de losa por lavar, cuanto desearía que estuviera Rosita aquí, se ve que ella en realidad disfruta mucho el aseo y todo ese tema.

Al terminar de lavar toda la loza, me dirijo hacía mis hermanos, he decidido que es hora de que empiecen el colegio, nunca han recibido educación, pero nunca es tarde para comenzar. Yo tuve una infancia muy infeliz y nunca recibí ningún tipo de educación escolar, no se leer ni escribir y eso me convierte en un total analfabeto.

Pero supongo que solo hay un pequeño detalle, la educación es muy cara, ya sea en un colegio público o privado, en los dos piden libros, utencilios y bueno, todo lo que tenga que ver respecto al colegio, aunque yo he visto que muchos profesores se la mantienen haciendo huelga por algo que no les responde el estado o algo así.

Ingreso a la habitación de mis hermanos y los veo jugar en el suelo.

-¿A qué juegan?- Pregunto para no ir directo al grano con lo del tema del estudio.

-Somos policias, Juan es el ladrón y yo soy el policia, sería genial llegar a ser un policia en la vida real, ese es mi más grande sueño.- Dice Esteban y le doy una sonrisa de amabilidad.

-¿Sabes que se necesitas para poder ser policia?- Le pregunto y ahora sí me decido a tocar el tema respecto a la educación.

-¿Qué se necesito?- pregunta intrigado y algo emocionado.

-Estudiar, he decidido meterlos a un colegio, no importa si es público o privado, lo importante es que por lo menos aprendan algunas cosas claves que les servirán para tener un mejor futuro.- Menciono y Esteban se muestra muy contento y emocionado por la noticia, pero de lo contrario, Juan se ve desinteresado, actua como si no le importara el tema de conversación que estamos teniendo en estos momentos.

-¿Por qué tienes esa cara Juan? ¿A caso no te gusta la idea de estudiar?- Prosigo a preguntarle bastante preocupado por la respuesta que éste me llegue a dar.

-Me da pereza el hecho de pensar estar encerrado por 6 o 7 horas, escuchando ancianos hablando todo el día de temas que sé que jamás me voy a poder aprender.- responde éste y no puedo creer lo que acaba de decir.

-Si te esfuerzas, puede que aprendas algo.- Suspiro.

-Sé que puede dar pereza algunas veces pero es por tu bien, necesito que te esfuerces por lo menos, ¿Lo harías por mi?- Miro su rostro aún cabizbajo y el asiente suevemente.

-Lo intentaré.- responde Juan y Esteban le da un abrazo de motivació

El futuro según nuestras decisionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora