Capítulo 8

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Muchas veces las personas se pierden en el espacio, en su mismo espacio... En su mismo ser.

No puedo comprender esto... Se supone que uno mismo se conoce a la perfección... ¿Por qué entonces se pierde?

Yo me perdí hace tres años, perdí a mi madre, mi casa... Lo único que me quedaba eran mis hermanos, los amo, y por el amor que sentía hacia ellos sabía que no los podía perder. Sabía que debía parar, porque si no lo hacía; perdería todo...

Flashback

Necesitaba aclarar mi mente, tengo tantos problemas, no puedo más...

-Ush pana qué le pasa que lo veo todo sad mi perro- Pablo era un amigo de mi barrio, tiene muy mala fama, dicen que trafica droga y además de eso, también consume.

-Mi mamá que no deja de fastidiar con todo ese tema del colegio y no, ya me tiene cansado con tanta cantaleta parce.

-¿Usted sabe cómo se puede olvidar de eso no? Venga pues y le doy un regalito.

- No sé parce, eso no me gusta mucho que digamos...

-Ay pero como va a saber que no le gusta si ni siquiera lo ha probado, deje la bobada y venga, además ni que por uno solo se vaya a volver adicto o algo así.

-Pues si ¿no?

-Tome, de parte mía.

Pablo me pasó una papeleta de un polvo verde, lo que supuse que era marihuana. Al fin y al cabo, él tiene razón, una sola no hace tanto daño... Como dicen por ahí; uno al año no hace daño.

***

Estaba viajando en un mundo de tranquilidad y risas, parecía el ideal, aunque en un principio me mareaba mucho, pensé que era porque es mi primera vez consumiendo, así que no le tomé mucha importancia.

Al pasar los días, ahorraba de mis descansos solo para comprarle a Pablo. No podía evitarlo... Se sentía tan bien, tan... Libre.

Pero un viernes, mi madre me persiguió sin que yo me diera cuenta, lastimosamente me vio, no dijo nada. Solo se fue, agarró todas sus cosas, escribió una carta y se fue... En la carta decía lo muy decepcionada que estaba ella de mí, lo cansada que se sentía de absolutamente todo, escribió que cuidara a mis hermanitos, que ellos no tenían la culpa de nada y que por favor la perdonara por todo lo que había hecho, pero que para ella, era necesario hacer.

Me deprimí, no podía entender como una madre dejaba a sus hijos por un error que hoy en día cometen muchos adolescentes. Decidí parar, me costó mucho, pero lo logré, dejé ese mundo y me dediqué a trabajar desde entonces para darles a mis hermanitos una vida digna.

Fin del Flashback

El futuro según nuestras decisionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora