–Es una orden, si no aceptas no heredarás la empresa y todos tus bienes serán retirados inmediatamente hijo.
–¡No me puedes hacer esto viejo!–Exclamó sin poder reprimir sus sentimientos.
Kuroo no estaba molesto, furioso era la palabra más indicada para su estado de ánimo, habían pasado unos minutos desde que supo que se iba a casar y para terminar con un chico, un puto chico. Él siempre se había tirado solo a mujeres y la idea de estar con alguien sin una vagina y una buenas tetas le hizo tener ganas de vomitar.
¡Solo tenía dieciocho años y debía casarse en menos de un mes!.
–Ah, quiero un nieto en un año y no estoy jugando –Amenazó su padre sentado detrás de su escritorio caoba.
Kuroo salió de aquella oficina dando un portazo sin contestar.
El había terminado la universidad con tan solo dieciséis años de edad, era un prodigio en la rama de economía sin embargo lo genio que tenía no se vinculaba con la palabra responsabilidad.
Gustaba de tener un corte un tanto extravagante, solía vestir todo de negro por que ese siempre había sido su color preferido. Su vida era un exceso, amaba las fiestas donde el alcohol y las drogas nunca faltaban. Sin omitir las diferentes chicas que salían de su departamento cada dos o tres noches.
Y ahora tendría que despedirse de todo eso en menos de un mes.
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Días más tarde le conoció.
No era un chico feo de hecho se le hizo tierno a pesar de tener una estatura por encima del promedio, era como un hermanito a quien gustarias de molestar. Lo había encontrado en el jardín de la mansión de su abuelo.
– ¿Estás perdido?
–Un poco...–un color carmín tiño las mejillas de aquel chico.
Solo tienes que atravesar los manzanos para llegar nuevamente a la entrada de la casa, ah ten cuidado con los perros.
– ¿Son...son perros grandes? –un notario miedo se escuchó de los labios del rubio, Kuroo rio por dentro. ¿Qué hacia un niño asutadizo en el cuerpo de aquel adolescente?
–Si pero no comen humanos... solo algunas veces –carcajeó y desapareció de ahí dejando a un asustado rubio.
En la tarde Kuroo después de ponerse un elegante traje volvió aquella mansión que tanto despreciaba. No quería casarse, aun le gustaría tener la vida cómoda sin ninguna preocupación que tenía estando soltero.
Se acordó del chico perdido y no pudo evitar sonreír, aunque no sabía quien era le había caido muy bien y esperaba encontrarse con el nuevamente y ser su amigo sin embargo Kuroo nunca pensó en lo que el destino le tenia deparado.
La ceremonia de la boda sería en el salón más grande de la casa.
Al entrar todo estaba decorado en blanco. Llegó al lugar donde había aproximadamente 10 personas vestidas elegantemente, mujeres con costosos vestidos de coctel y hombres con esmoquin sin ninguna arruga a la vista, en cuanto sus ojos se fijaron en el altar no pudo evitar apretar sus puños. Era aquel chico.
Tsukishima Kei.
Y desde entonces lo odio.
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Gracias por leer!!
Actualizare dos capítulos mas :D
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Un gato infiel +18
FanfictionTsukishima ama a su hijo así como su esposo. Daría la vida por ellos sin dudarlo un segundo pero ¿que pasa cuando el padre de tu hijo te es infiel? Tsukishima sabe que es un tonto, un tonto por no poder dejar aquel hombre que robó su corazón. Los in...