Feelings [Illumi Zoldyck x Oc]

CAPÍTULO II: No Despertis

Ligeras corrientes de agua balanceaban su cuerpo inerte como si de una cuna se tratara. Estaba en lo que parecía ser el fondo de un pozo, el ambiente gélido del lugar daría escalofríos a cualquiera pero estos jamás sucumbieron en su cuerpo.

No supo desde cuando sus ojos yacían abiertos, sólo ya los tenía así cuando regresó en sí. La luz que provenía de la cima del pozo no lo molestó en lo absoluto al igual que lo gélido del lugar, su cuerpo no sentía nada más que el nirvana.

Pero al instante se dio cuenta de que su conciencia sí.

Y en un parpadeo, aquella luz desapareció y la oscuridad abarcó totalmente el pozo. Unos susurros porvenientes de las paredes comenzaron a hacer presencia despertando una extraña desesperación en el cuerpo del azabache.

Sentía como el agua del pozo comenzaba a aumentar, llevándolo poco a poco hasta la cima llena de ocuridad. Los susurros incrementaron y la desesperación tomó total control de su cuerpo. Quiso mover sus brazos y raspar su garganta con un grito desesperado pero los mensajes que su cerebro enviaba a cada una de las partes de su cuerpo parecían no responder.

De pronto al llegar a la cima, toda el agua pareció evaporarse haciendo que el cuerpo inerte de Illumi cayera por un vacío interminable impregnando el vértigo en sus venas. Sus extremidades al fin pudieron respondieron y se extendieron desesperadamente tratando de agarrarse, en vano, del aire mismo.

Ayuda.

Lo último que sintió fue como su cuerpo impactaba sobre una superficie sólida y se quebraba en pedazos. Su cuerpo se desintegró en cuestión de segundos, pero su mente seguía intacta, gritando inútilmente por ayuda.

...

De golpe, abrió sus ojos a la par que tomaba una bocanada de aire. Una fina capa de sudor cubría todo su cuerpo, rápidamente sus manos palaparon la superficie donde se encontraba, reconociendo al instante la textura de una cama.

Su cabeza dolía, al igual que su cuerpo; era como si, en efecto, su pesadilla había sido una realidad. Un grito ahogado retumbó en sus oídos pero no volteó a ver de dónde provenía ya que el dolor de su cabeza incrementaba con cada segundo que pasaba pero aún se mantenía abriendo y cerrando su boca tratando de conseguir todo el aire posible.

—¡El señorito Illumi, despertó! —una mujer de traje negro apareció en su campo de visión, esta comenzó a hablarle preocupada pero su cerebro se desconectó al momento de escuchar aquella palabra.

¿Illumi?

Al instante, su cabeza comenzó a emitir un chillido doloroso. El azabache soltó un grito mientras se tomaba de la cabeza con ambas manos y se retorcía en la cama. Varias imágenes comenzaron a aparecer en su mente de golpe sin dejarlo asimilar ninguna de estas.

Un chico de cabello largo. ¿Quién es?

Sangre. Sufrimiento. Muerte. Eran los únicos pensamientos que habían en su mente, reproduciéndose una y otra vez. Soltó otro chillido de dolor, sentía su cabeza estallar. Su cerebro estaba recibiendo tanta información que comenzaba a sobrecargarse.

Ese chico...

Sangre. Sufrimiento. Muerte.

Podía jurar que sus orejas estaban comenzando a sangrar. El dolor era insoportable, hasta que todo se detuvo y fue capaz de escuchar una voz claramente, como si estuviera susurrándole en el oído.