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Las dudas inundaron la cabeza de todos, Geno no podía sacarse aquella pregunta. ¿Existía la posibilidad de que ocurriera algo como eso? Nade que estuviera presente en esa sala podía asegurarlo ni negarlo.
Eso le hizo pensar muchas cosas. Más en el hecho de que tendría que angustiarse por eso, hasta que Reaper se diera el lujo de dar señales de vida. Aunque no duró mucho, sus plegarias parecieron haber sido escuchadas en su totalidad, a pesar de que no las menciono en voz alta.

La puerta se azotó con tal fuerza, que algunos de los visitantes brincaron por el susto. Seguido del golpe, vino el grito, y esa voz tan reconociblemente molesta, hizo reaccionar a todos ahí. Reaper había vuelto luego de un largo periodo de tiempo en el que estuvo perdido. - ¡Geno, mi amor, ya vine! - No se sintió enfadado por ser apodado de tal modo, que claramente era inadecuado para el tipo de relación que mantenían, solamente se levantó y con mucha calma, caminó hacia él.

Era una escena de reencuentro amoroso a ojos de todos, aun después de que Geno pateara a Reaper con fuerza hasta el punto de hacer que se encogiera. La risa de uno de los visitantes, rompió el silencio. - ¡Hah! No me arrepiento de haber venido. - Error era el único que le parecía divertido el desenlace del momento.

- ¡¿Y eso por qué?! - Exclamó el encapuchado adolorido.

-Porque sí. -

- ¡Geno ha estado muy preocupado por ti! - Confesó Cross, volviendo a ganarse las miradas desaprobatorias del resto, y algunos golpes extras. 

F R I E N D S | AfterdeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora