Hey, Sensei! Histoshi × Aizawa

#02

Hitoshi no lo podía creer, vaya que, contarle sus problemas a un profesor era demasiado, pero, se sentía mejor.

Era difícil para él, no podía hablar con su madre sin que por accidente le activara el Quirk, no podía entablar una conversación con las personas normalmente y tampoco podía tener amigos.

Rayos, era un serio problema, cada noche, él se recostaba en su cama deseando olvidarse de todo pero, siempre se repetían esas cosas en su cabeza

"Eres repugnante, no eres digno de ser un héroe"
"Tu Kosei es patético, pareces un villano"
"Bueno para nada, deberías morir..."

Y, aunque ya había pasado tiempo que no se lo decían, aún le dolía, desde la pelea con Midoriya, todos le dijeron que su Quirk era genal pero, por dentro se sentía podrido.

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Ya casi era hora de entrar a clases y el aún no se había podido cambiar
—Mierda, ya es hora!!– Se dijo a sí cambiándose rápidamente y corriendo de su dormitorio hacia su salón.

Después de tantas horas aburridas de clase, y un receso sumamente solitario, llegó la hora de salida, no quería ni ir al dormitorio por qué, al llegar ahí, se encontraría con gente que le hablaría por lástima.

—Oye, cómo sigues?– Pregunta Aizawa tocándolo del hombro
—Bien..– Responde el pelimorado.
Aizawa lo invita a caminar por ahí.

—Por que no vas con los de tu clase?– Dice Aizawa
—No quiero que me hablen por lástima–
—Y por qué piensas eso?–
—No es la primera vez que no hacen– Este decide mirar a otro lado para que no vea sus ojos llorosos
—Por lo menos mírame cuando hables–
—A..Aizawa Sensei...–
—O..Oye!–

Era obvio, los impulsos de Shinsou eran de tristeza, en ese momento no pudo hacer nada más que abrazarlo fuertemente y llorar.

—Ya... Ya está bien– Era obvio que la situación en la que estaban era muy incomoda para Aizawa, pero no podía hacer más
—Perdone Sensei!!– Shinsou se separa de él
—Te entiendo (obviamente no) Ahora, vamos, deja de llorar– Dice mi mientras limpia las lágrimas del menor.
—U..usted es genial, Sensei...–

Esas palabras, aquellas palabras, eran las que Aizawa no había escuchado en mucho tiempo, a pesar de que no estaba acostumbrado a recibir halagos, ese chico hizo que algo en Aizawa despertara...