#11

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Al día siguiente le fue peor, se sentía muy mal y estaba mareado, incluso entre clases pedía permiso para ir al baño, porque su cara estaba hecha mierda.

Tenía unas ojeras inmensas que sentía que sus ojos se caían, un peso en su espalda que no podía soportarlo ni estando sentando y un dolor de cabeza que sentía morirse al escuchar una palabra, que resonaba en todo su cráneo, quería llorar pero no era el momento, quería dormir pero no estaba en situaciones y quería destruir todo pero no quería ser un cobarde.

Siempre que terminaban las clases, el huía de su amado Shota y el lo respetaba, pensaba que tal vez se había enfermado o tenía tareas extras.

Aizawa vio el registro de actividades del grupo 1-A y se dio cuenta de que no eran tan malas, sus tareas eran normales y las prácticas sí eran pesadas pero gracias al entrenamiento riguroso que llevaba  eso era nada.

En el baño del segundo piso se oyen algunos murmullos y quejidos, en a puerta tres, sin movimiento alguno, sólo estaba una persona ahí Hitoshi Shinsou, sus manos cubrían todo su rostro y sus ojos parecían una llave.

Quería afrontar a su novio pero no quería que terminaran por una razón tan ¿Ilógica?... De pronto alguien toca la puerta

—Oye, *toc toc* ¿Estás bien?–

Unos zapatos bastante familiares a los de él se hacen presentes detrás de la puerta, una voz juvenil le llama desde fuera, ¿Quién podrá ser...? Ahora mismo él no podía distinguir voces, el silencio absoluto lo absorbió por completo,  sólo estaba asustado porque no quería que nadie lo viera en esa situación, ¿Y si se aprovechaban de él y usaban eso en contra?

—¿Aún estás ahí?–
–...—
—Sé que puedes oírme, sólo quiero ayudar–

No tardó ni cinco minutos en limpiarse las lágrimas y con una mano temblorosa abrir la puerta, para darse una enorme sorpresa con la persona que lo esperaba al abrir esa puerta, una gran sonrisa, unos ojos prepotentes y una porte presumida, ¿Y tú eres....?

–Monoma—
—Si~–
–¿Qué haces aquí?— pregunta con una pésima actitud y sin ganas de conversar
—Más importante ahora, ¿Qué te pasa?–
–No te incumbe—
—Pero...– El pobre rubio fue tomado de su camisa por la mano de Shinsou, que lo tomó y lo elevó un poco a su rostro
–Si dices algo de esto te mataré— Lo amenazó y después lo soltó sin más y se fue de ahí, ahora sólo estaba un rubio un poco confundido y lleno de intrigas.

Hitoshi estaba en un mal punto, sabía de lo que era capaz Monoma y las repercusiones que traería si a ese pedazo de idiota se le salía una palabra.

—Te encontré– Dijo un Aizawa salvaje saliendo de una aula y jalando al pelimorado  del brazo metiéndolo adenteo y cerrando la puerta con llave.
–Cari... No, ¡Aizawa!—
—¿Dónde has estado estos días? ¿Porqué me evades?–
–Yo no te evado, es la escue...—
—Es mentira, vi el registro de actividades y todo es normal, ahora dime la razón–
–Sólo déjame en paz— Quita la mano del mayor de su brazo y se va a otro lado del aula
—Somos una pareja, quiero solucionar esto, por nuestro bien– Se dirige con él y lo acorrala a una esquina
–Me estás incomodando—
—¡Dímelo!–
–¿Quieres saberlo? Pues entonces pregúntaselo a tu futura esposa—
—¿Esposa?–
–Si, esa tal Ms. Joke— Aizawa lo deja en paz un momento y comienza a reír
—¡Jajaja! Shinsou... Ahaha...– toma al menor de las mejillas y le da un cálido beso en los labios.
—¡No es gracioso!– Un pequeño golpe se hace presente en la frente de Aizawa y para su sorpresa está un Shinsou enojado.

...Después de una hora de explicaciones...

–¿Así que ella no es tu novia?—
—No, ya te lo dije–
–Pero, aah... Lo siento cariño—
—No pasa nada–

Aquella aula ahora era un lugar romántico, donde esos dos se besaban mientras se tocaban mutuamente, las grandes manos del mayor recorrían cada centímetro de la suave piel de él menor miéntras que el otro tocaba su tonificado pecho y musculoso abdomen, Shota lo besaba con tanta intensidad y en un acto perverso apretó el trasero del pelimorado juntando ambos cuerpos calientes. Shinsou estaba demasiado excitado y lo abrazo apretando las ropas de su amado. Todo iba perfectamente bien, no pensaban detenerse por nada del mundo hasta que Shinsou vio el reloj.

–Ah... O-oye, ha, Ahh.. ya es tarde—
—¿No podemos quedarnos más tiempo "juntos"?–  la voz ronca de Shota susurró en el oído de Shinsou
–N-no, aahh, estamos en la escuela, tonto—

Shota estaba un poco deprimido, pues no quería dejar de ver aquel sonrojado rostro ni dejar oír esos pequeños gemidos que solo lo dejaban más duro cada vez. Él se separó de él y abrochó su camisa, le acomodó la ropa y ambos salieron de ahí despistadamente.

“Así que esto te incomodaba, Shinsou...” un Monoma perverso se ocultaba en un pasillo, pues lo había visto todo, ¿Cuales serán sus intenciones? Simplemente sonreía y no paraba de tararear mientras iba de regreso a casa.

Hey, Sensei! Histoshi × Aizawa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora