Sipnosis

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"Siempre estaré contigo, siempre estaré contigo y jamás dejaré que te hagan daño, estaré siempre contigo".

Mentira. Ella me dejó, como la luna al día. Sin dudarlo.

No fue de repente, porque era algo que con el tiempo sucedería. Simplemente, no estaba preparada.

No estaba preparada para ver la terrible realidad.

Se había ido, ido para no volver. Mi mejor amiga, mi hermana. Eso también se llamaba injusticia; Dios se llevaba a las personas inadecuadas con él.

Las horas pasaban. Minutos. Segundos. Días. Meses. Siete justos. Ni uno más ni uno menos.

-Asique su nombre era......- Me miró con ojos penetrantes y seguros.

Sentía incomodidad. No me gustaba esto.

- Adriana.

Pronunciar su nombre me causaba dolor. Era como un cuchillo desgarrándome una y otra vez el corazón.

-¿Era tu amiga? - Volvió a hablar cruzando su pierna derecha sin dejar de morder su bolígrafo negro.

Más que eso.

- Era como....como mi hermana.

Apuntó con letra indescifrable en una libreta azul marina y acomodó sus gafas de vista. Inquietante.

-¿Cómo te sientes hoy Avril?

Metí las manos en mis bolsillos grandes y anchos y suspiré. Mi vida era como una estúpida montaña rusa, a veces subía y otras bajaba.

Por veces incluso me mareaba. Terriblemente.

- Mal, a veces pienso y digo, ¿Que sucederá luego? ¿Sentirme más desgarrada e infeliz? Imposible, porque creo que ya he vivido todo el dolor que una persona puede sentir.

Estas eran siempre mis palabras. Infeliz, tristeza, depresión, lloro, lágrimas.....

Todo esto antes había sido sustuído por felicidad, risas, alegría, abrazos, cosquillas.....

Ella se llevó todo esto, al fin del mundo. A su tumba. Al fin y al cabo, era algo que a ella le pertenecía.

Y como he dicho millones de veces....¿Podría ser peor?

¿Podría ser peor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora