cap -1

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Como cada día, a la misma hora, me senté en ese sillón de cuero negro esperando su llegada.

Mis manos temblaban en mi cazadora vaquera. Una y otra vez,

no siendo capaz de tranquilizarme.

Nunca me ha gustado este lugar.

Nunca me ha gustado él.

La habitación en la que me encontraba era grande y amplia. Paredes grises y blancas, bien iluminada gracias a tal ventana que había en ella. Un gran sofá en frente mía, una mesita a su lado y varios cuadros encima.

No me gustaba la habitación tampoco.

El reloj marcaba las 5 y media en punto, ni un minuto más ni un minuto menos. La puerta se abrió y apareció como cada semana, traje negro y camisa blanca.

Se sentó acomodando su chaqueta y me sonrió. El sofá hizo un ruído al chocar con su cuerpo.

- Buenas tardes Avril, tan guapa como siempre.

Asentí sin importarme en absoluto sus palabras. Eran mentira, como todo lo que decía.

-Buenas tardes.

Cogió su cuaderno con pasta azul y abrió su bolígrafo. Preparado para la acción. Allá vamos.

- ¿Cómo estás hoy, Avril?

Alcé mis hombros sin sacar las manos de mi cazadora. Él asintió mirando a la hoja en blanco.

-¿Has venido caminando o te han traído? - Aclaré mi garganta mirándolo con cansancio.

- Caminando.

Sonrió poniéndose las gafas de vista, haciéndose ver más estúpido de lo que ya era.

- Cuéntame, ¿Qué tal las vacaciones de verano?

Una mierda, como cada minuto del día que pasaba. Me sentía vacía y angustiada. Me sentía como un pequeño insecto en este gran mundo.

Insignificante.

- Aburridas.

Y empezó a escribir en su cuaderno escribiendo primero mi nombre y primer apellido. Fecha y día.

Avril Lancaster, 22 de Julio. 17:35.

- ¿Has quedado algún día con tus amigos, familiares?

Negué con la cabeza apretando mi mandíbula firmemente.

-¿Por qué Avril?

Odiaba cuando repetía constantemente mi nombre. Me parecía tan tan tan insistente.

- No me apetece.

Escribió de nuevo. Dos líneas, a rápido pulso.

- Deberías hacerlo Avril, deberías.

Rodé mis ojos echando la cabeza hacia atrás. El techo era blanco.

- Lo sé.

Anotó unas palabras y volvió a mirarme. Esta vez con ojos preocupantes.

-¿Cuánto hace de su muerte Avril?

El corazón comenzó a acelerárseme. Bum Bum, Bum Bum.....Bum.....Bum....

- 7 meses - Murmuré clavando mis ojos azules en los suyos oscuros a través del cristal.

- Vaya, siete meses......

Vaya......Sí.......Vaya........

- Hemos hablado un poco de ella, ¿Cierto? Pero no lo suficiente Avril, tienes que decirme sobre ella.

A veces, me sentía mal al mencionarla. Era como si la estuviera profanando, como si la molestara. No me gustaba que alguien dijera algo sobre ella. Alguien. Cualquiera.

- ¿Cómo qué?

Cruzó su pierna derecha por encima de la otra, interesado por mis palabras.

- Edad, intereses....Lo que quieras.

Esto me estaba haciendo factura. Terriblemente.

- Tenía 16 años, le gustaba la música y los libros.

Escribía. Era la primera vez que le hablaba tanto de Adriana. La primera vez que era tan sincera en esto.

- Su.....su color preferido era el violeta. Amaba....amaba los perros mucho y siempre sonreía.

Lágrimas se estaban acumulando en mis ojos. Me estaba empezando a emocionar.

- Era una persona tan buena.......que enserio no entiendo por qué tuvo que irse.

Comencé a llorar, como siempre lo hacía sola en casa. Esta vez era distinto, me había derrumbado delante de alguien que no era mi reflejo. Esto era terrible.

- Tranquila Avril, tranquila.

Cogió mi mano, y la besó con delicadeza y ternura. No me valía su ayuda en nada.

-Avril necesito, escúchame Avril- Levantó mi barbilla para conectar su mirada con la mía  - Necesito que me cuentes exactamente como se fue. Desde el momento que lo supiste hasta al final. Eh Avril....-Secó mis lágrimas y suspiró - Te hará sentir mejor Avril créeme. 

Me estaba mintiendo. Una parte de mí lo sabía perfectamente. Lo sabía. Hablar sobre ella no me iba hacer sentir mejor.

- Avril.....Por favor cariño........Confía en mí. Es duro lo sé pero es lo mejor......Lo es, Avril.

Limpié mis ojos desvanecidos y tapé mi cara destrozada. Él me había visto en la peor de las situaciones.....No quedaba nada.

Las palabras salieron de mi boca como hojas de un árbol en pleno otoño.

Tres, dos, uno...........

Ya

- El 17 de Noviembre, faltó a clase.......

Mi cabeza voló a ese día, en un cerrar y abrir de ojos.

¿Podría ser peor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora