cap -3

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Sombrío.

Era Sombrío. Como una cueva profunda sin salida. Oscura.

O como un túnel sin fin. Terrorífico.

Miraba a esos ojos, que un día habían sido los más sinceros y hermosos que nunca antes había visto.

No eran los mismos.

Algo dentro de ella había cambiado.

-Adriana......

Mis palabras quedaron flotando en el aire sin encontrar su destino.

Sin encontrar respuestas.

Por un momento, llegué a echar de menos su voz.

Esa voz, que era como la del mejor ángel que habitaba en el azul cielo. Espiritual.

Esa voz, era suya. Eso explicaba muchas cosas.

"Ella me estaba haciendo daño con su silencio".

-Adriana.....

Volví a susurrar.

No dijo ni hizo nada. Observaba a sus pies con firmeza, como si fueran lo más interesante. Olvidándose completamente de mí.

Olvidándose de que yo me preocupaba por ella.

Sentí la necesidad de pegarle para devolverla a la vida, sentí la fuerza que necesitaba para hacerlo.

Intenté tranquilizarme.

-Maldita sea, dímelo, ¿Qué? -Agarré sus hombros entre mis dedos temblorosos - ¿Qué?

Nada.

Estaba perdiendo los estribos.

Mis manos se hicieron demasiado débiles para volver a tocarla. Era como si ella, quemara.

Quemara. Quemara. Quemara.

Era sorprendente, nunca antes me había sucedido esto.

Cuando la escuché, mi estómago dio un gran vuelco.

Mi pequeña Adriana.....Mi pequeña....

- Avril yo.....Yo.....Yo.....

Levantó su cabeza. Lágrimas y lágrimas. Lágrimas y más lágrimas. Sus ojos y mejillas estaban inundados de ellas.

Yo no podía con esto.

¿Cómo puedes seguir adelante sabiendo que la persona que quieres se está derrumbando?

¿Cómo?

Su labio inferior tembló sutilmente, como un bebé queriendo estallar en un gran llanto.

Se hizo la fuerte, pero ese era el problema. Ella estaba fingiendo.

Fingiendo.

¿Qué escondía dentro de su cabeza?

¿Qué?

Dio un paso adelante, queriendo palparme con sus propias manos. Ella pensaba que no estaba aquí.

En el segundo que abrió su boca, quise que la tierra me tragara.

El tiempo se paró.

La lluvia dejó de golpear el cristal, la televisión dejó de sonar, los relojes dejaron de moverse......

Era como si tuviera una máquina del tiempo, presionaba un botón, y hacía magia.

Magia.

Oh no.....

Jesús.

-Avril, me drogo.

Ella se estaba matando. Se estaba intoxicando, para luego morirse. Matarse.

Comencé a sudar, sudar, sudar.......Comencé a recibir escalofríos por mi cuerpo.......Mi corazón golpeaba fuertemente contra mi pecho, queriendo escapar.

Un ataque de pánico.

No. Mierda.

Avril tranquilízate, por favor, chica tonta, relájate, inténtalo. Mi mente gritaba una y otra vez.

No podía hacerle caso, porque era algo realmente complicado.

Ahora lo veía todo claro.

Ojeras, ojos rojos y cansados, palidez.....

¿Por qué ella tuvo que llegar a esta situación?

Es que no llegaba a comprender, no....no...podía.

Era una niña dulce y tierna, amable y sincera, simpática y graciosa, educada y cortés.......Saludable.

Osea.....era......era ella.....La persona la cual se convirtió en la amiga que nunca tuve.

Nunca antes había sentido tanto dolor. Antes era un 9, y este era el puñetero y terrible 10.

Ya estaba.

Y yo que me había fallado mil veces para no fallarle a ella.

"El dolor no te cambia, te releva".

Y ahora pensaba, ¿Podría ser peor?

"Este es el final de la estación, pero no puedo alejarme de ti.

Este es el borde de mi paciencia,

pero no demostrarás coraje ante mí. Aún escurres mi alma...

Incluso cuando duele no puedo reducir la velocidad.

Los muros se comprimen y caigo contra el suelo.

Susurros del mañana hacen eco en mi cabeza.

Sólo una vez más".

           "Solo una vez más".

¿Podría ser peor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora