Para muchos, las rosas son flores de amor, de paz, tristeza; y, dicen por ahí que las rosas amarillas son de odio.
Para unos, las rosas son símbolos de compromiso, de conquista.
Se regala una rosa al ser amado, se regalan muchas rosas en algún aniversario.
Para otros, las rosas son símbolo de dolor, se llevan puños de ellas a los cementerios.
La diversidad de mensajes que guardan estas flores multicolores me llevan a recordar a mi abuela quien, nada más olía una rosa de castilla y soltaba en llanto recordando la muerte de su padre.
Pero también me llevan a mi niñez, cuando jugaba a hacer infusión de rosas para untarla en todo mi cuerpo con la firme creencia de que era un sofisticado perfume.
Hago un recorrido a mi colegio el mes de María, cuando las niñas ofrecimos rosas blancas a nuestra adorada Mater.
Paseo también hasta las manos de papá sujetando un ramo de rosas rojas para mamá en su cumpleaños.
Y mi mente vuela a mi adolescencia cuando mi novio engalanaba alguna tarde con la fresca rosa blanca.
Algunas de ellas, han estado acompañado duelos, muertes.
Otras, desafíos, luchas, combates.
Varias de ellas han sido usadas también para pedir perdón, implorar compasión.
Muchas más, han sido en su interior, portadoras de anillos de compromiso.
Unas han acompañado a las personas en los hospitales, las iglesias, han formado caminos de amor, han adornado múltiples altares, han cerrado corazones en una cama, flotado en alguna tina de baño... Han embellecido y adornado alguna carta.
Y muchas están enterradas con la persona amada.
Ninguna de ellas, cuando nacen, conoce su destino.
Pero si las rosas hablaran, yo creo que nos agradecerían, porque casi es la única y cosa que el hombre no ha destruido.Cale Agundis
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¿Y Si las rosas hablaran?
Historia CortaPara muchos, las rosas son flores de amor, de paz, tristeza, y dicen por ahí que las rosas amarillas son de odio...