Selena
Sabía que para Justin esto era difícil, por eso no impedí que él atravesara la puerta y se fuera. Pattie bajó rápido las escaleras, seguro escucho el portazo.
— Se lo tomó mejor de lo que esperaba. — comenté una vez que la tenía a mi lado.
— Si, ahora solo hay que esperar que lo asimile. Esto le cayó como balde de agua fría, conozco a mi hijo, solo hay que darle unos días. — caminó a la cocina. — ¿Quieres ayudar a preparar la cena? — gritó Pattie desde la cocina.
No contesté solo me dirigí a donde estaba ella.
Comenzamos cortando patatas y después fileteamos algo de pollo, al fin iba a poder comer fritura, yehh. Teníamos que agregarle algo de ensalada para bajar la grasa, la cual nos quedó riquísima.
Pattie y yo estábamos en mi habitación, había decidido quedarse aquí hasta mañana, ahora que Justin sabía donde estaba ya no era necesario que se vaya y ella no quería irse. Estabamos buscando que ver en Netflix, no habían películas que nos llamaran la atención así que terminamos viendo CSI: New York por cable. Las dos nos quedamos hablando hasta muy tarde. Se había vuelto en una madre, mientras la mía estaba lejos. Esa noche no vomité, felizmente.
(…)
Veía borroso, parpadee. Todavía era de noche y Pattie dormía.
¿Qué eran esos ruidos?
Alguien tocaba la puerta incansablemente, al perecer no saben que las noches son para dormir, le daría un buen grito a quien estuviera interrumpiendo mi hermoso dormir. Me coloque las pantuflas, caminé hacia la puerta y salí de la habitación, baje las escaleras modo zombie.
Llegué a la puerta y no me sorprendí al ver a Justin parado ahí, tapado hasta la cabeza y con los ojos un poco rojos.
Justin
Salí de la casa de Selena casi corriendo, tenía en la mano todavía las ecografías, me había olvidado de dejarlas. Me subí a mi auto, deje la carpeta en el asiento del copiloto. Prendí mi auto y conduje lo más rápido que pude hacía la ciudad.
Llegué hacía la casa de Scooter, toqué la puerta varias veces hasta que llegó a abrirme.
Pasé sin que siquiera lo diga.
—Estoy jodido, muy jodido. — desordené mi cabello en muestra de desesperación. Él me miró sin entender. — Selena.
— ¿Qué hiciste? ¿Te acostaste con ella? ¿Qué haz hecho esta vez, Bieber? — estaba molesto, lo podía notar en su ceño fruncido.
—¡Nada!, no hice nada, bueno en realidad si hice algo, pero no hoy, antes. — había dejado la carpeta en el baño así que tendría que decirselo yo mismo. — Selena esta embarazada. — se quedó callado. — ¿Qué hago? Yo me voy a casar con Hailey, pero voy a tener un hijo con Selena... Mi vida parece una jodida novela.
—Primer calmate, vas a asustar a los niños. Segundo, ¿cómo estas seguro que esta embarazada? ¿Te mostró la prueba? — asentí.
— Tengo las carpetas con todos los papeles en el auto. Voy por ellos. — tomé aire y un poco mas calmado salí a buscar los "benditos" papeles que pusieron patas arriba toda mi vida.
Volví con ellos y se los dí a Scooter, pasó las páginas y se les quedó mirando.
— Son verdaderos, Justin. Vas a tener un hijo. — solo me confirmó lo que ya sabía, no me dió soluciones. Yo necesito soluciones.
Me froté con las manos la cara. — ¿Qué voy a hacer? Tú sabes que no quería que pasara así, yo quiero un hijo, pero no ahora. Lo quería tener dentro de un matrimonio estable. — me senté y me recosté en el respaldo del sofá.
— Lo hecho, hecho esta. No puedes cambiar nada, no eres un niño, eres un hombre que se va a casar y ahora va a tener un hijo.
— Lo sé, lo sé. Hailey me va a matar. — se me vino a la cabeza la imagen de aquella rubia con la que estoy comprometido.
— Más que eso Justin, ¿tu mamá? ¿no estaba aquí para ayudarte? — ja, si supieras.
— ¿Quién crees que ayudaba a Selena los últimos meses? Ella esta encantada con la mamá de su futuro nieto. Me cambió por ella. — estaba celoso de que mi mamá la eligiera a ella.
— No te cambió, la ayudó que es diferente, por lo que ví, Selena no tenía un embarazo tranquilo, así que ella se hizo cargo de ella y de tu hijo. Cosa que tu debiste haber hecho. — me señaló con su índice.
— ¡Yo no sabía nada! — grité defendiendome. — Y tampoco lo iba a saber seguro, tuve que seguirla para poder descubrirlo. Estoy perdido. — me lamenté.
— ¿Sabes que tienes qué hacer? Ir a pedir explicaciones, no grites y tampoco te alteres. Solo deja que las dos hablen.
Nos quedamos hablando un poco más hasta que se hizo tarde, me despedí y me fuí. Conduje hacia un Starbucks por un café. Tendría un largo camino que seguir.
Ya era algo tarde cuando llegué a su casa, seguro estaba durmiendo, no me importa. Toque repetidas veces la puerta. Estuve mas de cinco minutos esperando. La puerta se abrió. No estaba sorprendida de verme.