Es la mejor en su ramo,siendo la única mujer en obtener un puesto alto,pero puede que su trabajo de detective se vea truncado por los constantes asesinatos que han sacudido a Magnolia a pesar de no estar sola en su constante lucha contra un asesino...
Sentía mi garganta reseca. No sabia cuantas veces el nombre de mi compañera de trabajo había salido de mis labios con el tono de enojo junto con incredulidad. Sabia que Lucy era una persona con carácter pero jamas le había visto comportarse como una adolescente. Me acerque lo suficiente a Lissana quien seguía en suelo y sin ninguna intención de pararse.
— Maldita sea Heartfilia, haces de todo un show. - Me puse a la altura de la chica de cabellos blancos quien se mantenía con la mirada perdida en el suelo— ¿Lissana?
Mire un poco mas su rostro y podía decir que en todo el tiempo que conocía a la mas pequeña de la familia Strauss nunca la había visto de aquella forma; perturbada y sin ningún tipo de calma.
— Es ella.
— ¿Que?
—¡Es ella, Natsu!- Debía de sorprenderme por el tono de voz que había usado aquella chica de orbes azules como el cielo, pero mi sorpresa no fue cautivada por potencia usada contra mi, mi sorpresa era mas por el rostro de terror absoluto que era enmarcado por aquellos cabellos blanquecinos.
— Lissana, tranquilízate. No entiendo de que hablas.-Voltee hacia nuestro alrededor viendo como un cumulo de gente se revoloteaba a nuestro alrededor como de ratas por un pedazo de comida. Odiaba las personas que se metían en los problemas ajenos, así que tome a aquella chica por sus hombros y sin despegarla de mi cuerpo ambos nos pusimos de pie—Mira lo primero es que estés tranquila, ya después hablaremos con calma.
Sentía como el cuerpo femino temblaba contra mi pecho y eso solo me dio una mala espina de toda la situación. Trate de frotar un poco su brazo pero eso solo hizo que la situación empeorara ya que aquella pequeña acción fue un detonante para que Lissana se alejara de mi como si fuera una fuente de fuego.
Su respiración era agitada, sus ojos expresaban el terror absoluto. Debía de haberla ayudado antes, pero su voz quebradiza rompió con todos en aquel vestíbulo.
— ¡Esa mujer rubia es Michelle Lobster! ¡La mujer a la cual le desgracie la vida!
Con la ultima palabra dicha sentía como mi cuerpo se enfriaba. Como el flujo sanguíneo aumentaba y como mi corazón golpeaba con violencia. Sentía mis manos temblar.
—¿Qué estas diciendo Lissana?- Dije con un poco de sorna en mi voz— Creo que el golpe revolvió un poco tus ideas.
Se acerco poco a poco a mi, sus pies daban sonidos secos contra el suelo. Su maquillaje estaba corrido a causa de las lagrimas que desbordan sus orbes azulados, y sus manos se aferraron a mis brazos. Era digno de una actuación de zombies.
—Natsu- su voz se entrecorto con la ultima silaba y dio pequeñas bocanadas de aire— Es ella. Es Michelle. Es la chica por la cual ambos hemos sufrido demasiado.¡No lo ves! ¡Es ella! ¡La mirada que me dio es la misma que en la fiesta de Loki! ¡Es ella Natsu!
Su rostro termino en mi pecho y yo por inercia la abrace. Mi cabeza trabajaba al mil recordar todas las imágenes que había querido borrar sobre aquella bella mujer que llego a mi lugar de trabajo.
La gente comenzó a hablar y poca atención le puse, hasta que vi como una figura corría hacia el lugar donde mi compañera había desaparecido.
Era como si todo fuese en cámara lenta; las palabras, las lagrimas de Lissana y las pisadas de Gray.
Todo parecía una situación familiar. Y fue ahí donde las palabras de Lissana parecían tener coherencia.
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Lucy
El frió calaba en mi piel. Mantenía mis brazos de una forma protectora, abrazándome para tratar minimizar los escalofríos. Mi vista nublada en conjunto con los espasmos que daba en ciertas ocasiones eran señal de que todo era un completo desastre.
Ocultar aquel pasado que me acongojaba fue sencillo, pero entre todas las personas que pude encontrarme de nuevo Lissana Strauss era sencillamente lo peor de lo peor. Ella tenia grabado en su memoria a la mujer que tanto odio y yo aun tenia pesadillas con aquellos orbes azulados que parecían pertenecer a un ángel pero era totalmente lo contrario.
"Deseo ir a casa."
"Seguramente Natsu, ya sabe toda la verdad."
Un suspiro salio de mi boca y las lagrimas salieron como una manguera sin control. Natsu era alguien tonto pero Lissana era totalmente lo opuesto.
Podía verlo; Lissana diciéndole todo con lujo de detalle a Natsu mientras se reían de mi.
Era patética. Soberanamente patética.
Debería enfrentarlo, salir de aquel pequeño cuarto, ir contra todo lo que era en este momento, plantarle cara y decirle todo lo que me había guardado por años, pero no. En su lugar me encontraba llorando, escondiendo la cara entre mis piernas, ahogando los sollozos en un intento de poder tener algo de seguridad para mi.
Podía sentir la lluvia caer nuevamente sobre mi a pesar de que eso era totalmente imposible.
"No importa ya nada"
Aquel pensamiento tenia razón. Ya nada tenia importaba. En pocos momentos todo aquello que había construido se iría por el caño sin poder hacer nada para evitarlo. Así que deje que todo fluyera.
No me importo el sonido metálico de la puerta al chocar contra la pared, ni tampoco levante la vista para ver a la persona que había entrado con desespero a mi encuentro. No necesitaba saber quien era pues sentía la calidez envolverme.Si pudiera decir que olor era propio de Gray diría que olía como la nieve con un toque de cafeína. Era un olor demasiado dulce y esplendido.
Deje que me abrazara como en aquella vez, solo que no había lluvia como testigo y ahora podía dar pequeños gemidos enfrente de la persona que consideraba mi familia.
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Se supone que seria un capitulo largo, pero decidí ponerlo en varias partes. Los siguientes capítulos son sobre la historia de Natsu y Lucy cuando se conocieron la primera vez. Espero que les guste y por el momento no les dejare adelanto ya que quiero que sea todo nuevo para cuando lo lean. ¡Nos vemos! ¡Los quiero lectores!