Capítulo 2

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Una sombra salió de la puerta rápidamente y se abalanzó sobre el señor Wells. Lo estaba inmovilizado y no paraba de emitir rugidos.

-¡Aaaaah!-dijo el señor Wells- ¡Detente!, ¡Ayudaa!, por favor...¡por favor, que alguien me ayu...- la figura aparentemente humana emitió un chillido y hundió su rostro en el cuello del señor Wells-

-Dios...- dijo Caleb cerrando los ojos y cerrando la cortina- ¿qué cojones está pasando?

-¿Qu-qué era eso Caleb?- dije con un hilo de voz. No me dí cuenta de que mis ojos estaban llorosos.

-No...no lo sé- dijo y se llevó una mano a la cabeza-. Escúchame, no creo que William vaya a volver. Tenemos que...

-¡No digas eso Caleb!- una lágrima por fin salió y recorrió mi mejilla rápidamente-

-Ana, es la verdad- dijo mirándome a los ojos-. Tenemos que cerrarlo todo. Persianas, puertas...

-¡No!, ¡Will va a venir!- más lágrimas aparecieron-

-Ana, ¡no va a volver!, ¿has visto lo que le ha pasado al señor Wells?- el ceño de Caleb se frunció mientras me miraba a los ojos intentando hacerme entrar en razón-.

Un fuerte portazo nos sobresaltó a los dos. Caleb me miró y se puso un dedo en los labios en señal de que no hiciésemos ruido. Se oyeron pasos y una voz ronca dijo:

-¡Chicos!, ¡Chicos soy yo!- la voz gruñó- ¡Soy Will!

Nuestros ojos se iluminaron de esperanza y bajamos como un relámpago las viejas escaleras de madera. Me dirigí hacia el viejo anciano y lo abracé.

William nos adoptó hace 10 años, cuando éramos pequeños. Caleb tenía 7 años y yo 4. Desde entonces, había  cuidado de nosotros como un padre; el mejor.

William dió un quejido y yo pensé que tal vez le había abrazado muy fuerte asique me aparté suavemente.

-Chicos, supongo que estareis algo confundidos...

-¡Sí!- saltamos Caleb y yo al unísono-

-Escuchad, ha pasado algo. Nadie sabe muy bien el qué. Es una enfermedad contagiosa o un virus... no lo sé- dió un hondo suspiro- No os acerquéis a nadie- dijo mirándonos seriamente a los dos-, me da igual que sea un conocido, ese virus o lo que sea eso... se contagia por saliva, arañazos, rasguños...

De pronto nos quedamos todos en silencio.

-Estoy sediento...- dijo mirándome- Ana, cielo, ¿me puedes traer un vaso de agua, por favor?

-Sí, voy- me dirigí hacia la puerta, giré la esquina pero no fuí a la cocina. Me quedé al lado de la pared intentando escuchar lo que decían-.

-¿A dónde has ido?, ¿por qué has llegado tan tarde?- dijo Caleb-

-Caleb, ahora no hay tiempo para hablar de eso- se quedaron en silencio-.

-Un rasguño...-dijo Caleb. ¿Cómo que un rasguño? Will dijo que te podías contagiar por un rasguño...¿Acaso estaba...?-

-Me han contagiado- dijo el anciano-. No hay tiempo Caleb, quiero que os vayáis y me dejéis aquí. No sé cuánto tardará en hacer efecto.

-Pe-pero...no...no podemos...- dijo Caleb y pude notar como su voz se quebraba-

-Caleb...llévatela, no quiero que me vea así...- dijo Will y pude notar que estaba llorando. Nunca le había visto llorar.-

-Pero, ¿cuándo?- dijo Caleb-

-Ahora, coger vuestras cosas e iros. Te voy a dar las armas...- oí pasos y fuí lo más sigilosamente posible a la cocina. Llené un vaso de agua y fuí corriendo a la entrada-

-¿Y Will?- le dije a Caleb como si nada-

-Ha ido a...¿Por qué estás llorando?- noté angustia en la voz de Caleb-

-¿Qué?- mis ojos estaban húmedos- Ah..., es que... he visto el cuerpo del señor Wells desde la ventana y...- le contesté mirando al suelo-

Caleb me puso una mano en el hombro y con la otra me puso el pelo detrás de la oreja suavemente. A Caleb le costaba mucho abrazar a la gente asique lo abracé yo.

Alone (Solos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora