Extra

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Recuerdo aún la primera vez que estuvimos dentro de una de las siete maravillas del mundo antiguo.

Babilonia lo era todo. Una potencia, un lugar maravilloso lleno de cultura. No puedo parar de compararnos con la ciudad caída.

Permanezco de pie al borde del balcón blanco de mármol esperando por tu llegada. ¿Qué es lo que nos depara?

Mientras miro al cielo rogándole al universo entero que todo salga perfecto te colocas a un lado, no me miras.

"Supongo que ambos sabemos lo que va a suceder" terminas soltándome después de unos minutos de silencio.

"A decir verdad no, no tengo idea Michael." Hablo con un tono de inseguridad mientras sigo mirando al frente. "Ni siquiera se por qué estamos donde todo comenzó."

"No quería que esto terminara. Pero si termina quiero que sea aquí, en nuestro lugar." Entrelazas tus manos cuando hablas lentamente.

"Siempre fuimos tú y yo Michael. ¿Qué fue lo que nos sucedió?" Mi voz se quiebra y las lágrimas amenazan con salir. Las retengo. "Prometimos que nos amaríamos de la manera más intensa que pudiéramos y ahora míranos. Parece que todo se nos viene abajo."

"No supimos como llevar esto. Y fue tan rápido que sin saber como detenernos, se volvió efímero." Giras tu cabeza y miro tu cabello rojo.

Tus ojos se encuentran con los míos y finalmente me haces frente.

"Por favor no digas que esto es efímero por que ambos sabemos que no lo es." Digo aún mirando a aquellos ojos verdes cristalinos.

"Estoy cansado de las peleas, de tu mal temperamento y todas las mentiras entre ambos. Todo en menos de dos meses. ¿Realmente piensas que esto no es efímero?" Una lágrima cae de tus ojos. Y cuando menos me doy cuenta yo también estoy llorando. "Ojalá tuviéramos un indicio de cómo comenzar de nuevo. Pero me temo que es imposible."

"No hagamos esto Michael, por favor no." Me acerco e intento tomarte de la mano. Lentamente rechazas mi contacto.

"Si seguimos aquí y así terminaremos peor que la antigua Roma y lo sabes." Se pasa la mano por los ojos secándose las lágrimas. "Te amo, y estoy seguro de que tú también me amas. Pero esto debe terminar ahora." Cierro mis ojos dejando caer las lágrimas intentando creer que es lo que acaba de suceder. Mi mundo se vino abajo. Nuestro Imperio Romano cayó.

Te acercas a mi, me abrazas y dejas que llore en tu pecho por lo que me parecen microsegundos. Besas mi coronilla, te separas de mi y me dedicas la última sonrisa de la noche.

Comienzas a caminar dándome la espalda cuando sueltas la última frase. "Ardíamos de manera brillante, pero el fuego se apagó. Mira como nuestra Babilonia se desmorona."

Y continúas con tu caminar marchándote. Dejándome con toda nuestra tiranía destruida, hecha añicos.

Nuestra Babilonia ha caído y es imposible volver a construirla.

Babylon [m.g.c]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora