Sonó mi alarma a las 6:45 AM, ¿porqué tan temprano? por que me queda lejísimo el insti nuevo, y es un martirio. Será un martirio.
Me levanté y me di cuenta de que la noche anterior no había puesto mis sandalias en frente de la cama por lo que me tocó caminar descalza hasta el baño.
-¡Eww! -Exclamé al pisar un charquito de agua fría con mis pies recién levantados. Fue horrible. ¿No hubo una mejor forma de empezar el día?
Me cepillé los dientes y tomé una ducha de 5 minutos. El tiempo pasa de volada, ya eran las 7:30.
-¿Qué? -Exclamé al ver la pantalla de mi móvil, fijándome en la hora. -Tendré que apurarme o me mata mamá.
Me puse unos pantalones aguados, una camisetas amarilla de mi grupo favorito de música electrónica, le hice un nudillo al lado, agarré mi cabello a una coleta y me puse los vans amarillos que me regaló mamá para navidad. Fue muy estúpido mi outfit, pero juro que no pensé en más nada. Estaba súper cansada y no me gustaba ese lugar. Tenía fé en que hoy podía ser un buen día.
Bajé a desayunar y vi a mamá sentada en el sofá de la estancia, con su tasa de café en mano y el libro de Lilly Collins; lo ama.
-¡Hola mamá! -Exclamé con tono un tanto amigable para que no sospechara lo mal que me la estaba pasando otra vez.
-Hola, hija. ¿Cómo te trata la mañana? -Me dice mientras cierra el libro y se para del sofá.
-Todo bien, madre ¿y tú? -Le dije. Al parecer estábamos teniendo una conversación amable después de 7 meses.
-Yo bien. ¿Desayunas? -Me preguntó.
-Estoy bien, gracias. Se me hace tarde, te quiero. -Dije y me salí corriendo con una manzana en la mano.
Estaba saliendo de casa. Busqué en mi bolso las llaves de mi auto y me subí en el para llegar a el insti lo más rápido posible. Me agarró cola en el camino. Lo que me faltaba. Puse mi celular conectado con la radio de mi auto y puse mi rola favorita de "Pablo Alborán"
Llegue al insti gracias a mi gps y vi mucha gente. Flipé en cuanto vi que todo era como las películas americanas. El grupo de chicas porristas rubias y sexys, el grupo de los chicos guapos, musculosos, sudados y egoístas, no puede faltar el grupo de los nerds, con videojuegos estúpidos. En fin, los grupos.
Terminé de estacionar mi auto y tomé mi bolso, desconecté mi móvil del auto, saqué las llaves y bajé.
-Por favor, que todo salga bien. Quiero que me agrade este lugar. -Me dije y suspiré antes de entrar a la gigantesca preparatoria.
Lo peor de todo era la terrible cara de perdida que me cargaba y que no podía controlar.
-Buen día, señorita Monroe. -Dijo una voz suave y dulce.
Levanté la cabeza y vi una falda larga, y una coleta apretada, con unos anteojos redondos. Parecía una chica muy mona.
-Buenos días. Soy Ella. -Respondí estúpidamente gracias a mi nerviosismo. Era lógico que si había dicho mi apellido, sabría mi nombre.
-Lo se, pequeña. Acompáñame. -Me dijo en tono seguro y confiado. Eso me hizo tranquilizarme más y dejarme llevar, soy nueva, no saben nada de mi.
-Toma asiento, Ella. -Me dijo.
Estaba ahí, muerta de miedo, me temblaban las pantorrillas y no podía hablar bien.
-Y bien, se que eres nueva. ¿De que parte del mundo vienes? -Preguntó de forma interesante.
-Vengo de Málaga, España. -Le respondí.
-Vaya vaya, tenemos a toda una europea con clase aquí. -Me dijo. -¿Por qué elegiste este instituto, Ella? -Me preguntó, enserio poniéndome nerviosa.
-Bueno, mi madre estudió aquí, los mismos años que tengo planeados estarlo. Era la señorita Monica, M- Monica Machado Monroe.
-¡Oh cielos! -Exclamó Patrícia, la secretaria. -Es una muy vieja alumna, la mejor de ellas en sus momentos. así que si eres su hija, algo debes tener de ella. Si resulta ser así, serás el boom de este lugar. -Me dijo Patrícia de forma seductora.
-No se por que siento que esta mujer será mi mejor amiga. Es muy loca, me agrada. -Pensé.
-Gracias. Me parece muy convincente la forma en que lo dice. Pero me temo que esta conversación será en otro momento ya que mis clases empiezan en 20 minutos y aún no se donde está mi salón de biología. -Le dije a Patrícia con un tono esperanzador.
-Descuida. Estarás bien. -Me dijo.
Y si les soy sincera, estuve esperando que me dijera que iba a acompañarme o a decirme siquiera donde queda el aula.
...