Lucas Zumann era el tipo con más suerte en el mundo. En primer lugar, tuvo la suerte de no ser la consecuencia de una borrachera, como yo. Él nació en una familia ya establecida que anheló su existencia de todo corazón y le amó con toda el alma. Sus padres eran maravillosos, perfectos, o al menos eso aparentaban y lo creías de veras, porque Lucas, el fruto de su relación era un ser humano admirable.
Lucas tenía la suerte de no estar en mis zapatos y sentirse miserable debido a que mamá quiso más a los hijos que tuvo con su nueva pareja que a mi; algo ridículamente comprensible ya que le arrebaté su juventud y nací con toda la maldita cara de mi padre. Nunca lo conocí pero ella me reprochaba a gritos nuestro tremendo parecido todos los días. Mamá odiaba a mi padre con desesperación pues le quiso provocar un aborto que pareciera accidental para seguir con sus vidas de adolescentes comunes y corrientes. Lo odiaba porque sus intentos de borrarme de este mundo no funcionaron.
Lucas no sabía lo que era parecerse a ese imbécil y recordarle a diario a mamá cuan estúpido fue ese sujeto hasta para deshacerse de mi.
Lucas tenía la suerte de no ser yo.
Yo odiaba a Lucas porque él era una muestra de la vil injusticia de la vida. Él vivía bien, yo no; él era feliz, yo no. Lo odiaba porque él aportaba al mundo bondad, gentileza y sabiduría mientras que yo sólo era un grandísimo error del universo, una basura que le jodía la existencia a otros para no sentirse en desventaja con la suya propia. De manera que me propuse joderle la vida a como diera lugar pues su tranquilidad contrastaba con mi caos; eso no era justo. Era mi deber tirarle todo al lodo y hacerle sentir justo como yo me sentía. Yo no tenía nada y me conformaba con mis emociones y me valía de aquello que pudiera potencializarlas, sobretodo las de placer. La ruina de Lucas sería mi regocijo. Y mientras buscaba la forma de conseguirlo, se jodió su existencia por sí sola.
Su padre fue asesinado. Iba saliendo del trabajo y un par de delincuentes le quitaron el coche, dejándole dos tiros en el pecho. Lucas y yo compartíamos clase de física y lengua. Dado que no convivíamos mucho, mi presencia en el funeral le tomó por sorpresa. Él creyó que estaba ahí para darle mis condolencias y apoyarlo moralmente cuando mis verdaderas intenciones eran averiguar qué tan destrozado había quedado con la perdida. Quería ver de cerca su dolor y reírme de ello.
Acompañarlo en aquel momento significó mucho para él. Lo percibió como un milagro porque todo mundo sabía que el bienestar de los demás me valía un comino. Entonces, me dio un abrazo y lloró en mi hombro, mientras que yo intentaba no parecer torpe al consolarlo, como si realmente supiera hacerlo.
Yo no había perdido a un ser querido, no tenía ni la remota idea de cómo era dicha circunstancia. Ni siquiera tenía seres queridos. De hecho, nadie me quería, al contrario, me detestaban y era recíproco. Me pareció ridículo cuando Lucas se aferró al féretro de su padre cuando se lo llevaban para incinerarlo. ¿Quién querría permanecer con un pedazo de carne pudriéndose?
Lucas ya no fue el mismo desde esa tragedia. Yo me sentaba con él en el almuerzo para contemplar su dolor, uno que yo jamás podría provocar, sólo la vida misma y por primera vez sentí respeto por ella. Tuve miedo.
Por supuesto que Lucas malinterpretó mis actos una vez más, creyó que me interesaba ser su amigo porque según él, fui el único que lo apoyó y se quedó a su lado cuando llegó el momento de aceptar que no volvería a ver a su padre nunca más. Yo le acompañé cuando más solo se sentía, cuando nada tenía sentido. Él vio en mi algo bueno y por alguna razón no quise defraudarlo. Me convertí en lo que creyó que era.
Me convertí en su amigo.
Por primera vez yo le importaba a alguien. Por primera vez se preocupaban por mi. Lucas quería verme bien y me ayudó a deshacerme del chico adicto, callejero y tóxico que era; fue una forma de distraerlo de su desgracia. Él me necesitaba. Él estuvo orgulloso de mi conversión.
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Same Mistake [Fillie]
FanfictionHISTORIA CORTA || Finn Wolfhard siempre ha estado enamorado de Millie Brown, pero ella está comprometida con su mejor amigo, Lucas Zumann. No obstante, Millie y Lucas sufren un terrible accidente de tráfico donde ella pierde la memoria y él muere. F...