extra

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Hace mucho me pidieron extra, aquí un poquito de sus vidas, se que no es mucho pero espero que les guste.



Veo a mi ahora esposo dormir profundamente, sus brazos mantienen nuestros cuerpos pegados brindandonos el calor necesario para aminorar el frío de la habitación.

De pronto se remueve y abre sus ojos, sólo unos segundos para luego dejar un beso sobre mi corazón, Dios este hombre va a matarme antes de hacerlo mio, bueno mío ya es, nos casamos hace tres días pero aún no hemos consumado el matrimonio.

No puedo tomarlo, no cuando parece asustado cada vez que lo intento, se que me ama, sus ojos, sus manos incluso su boca me lo dicen, pero aún con todo el amor que nos tenemos no es el momento. Quiero que sea perfecto, no sólo para mi sino también para él y es por eso que espero pacientemente.

Mientras los minutos pasan recuerdos de nuestra niñez se hacen presentes, la mayoría preciosos tesoros ya que es Mateo el protagonista de ellos.

Hace poco le conté sobre mi primer beso y de paso le confesé un secreto, fue cuando fuimos de campamento, nuestros padres eran militares así que nos llevaron al bosque para enseñarnos a hacer nudos, aprender a cazar y pescar, me tocó dormir con Mateo y con una niña que acababa de llegar al vecindario, ya que llegó de sorpresa y su padre era un general Sophi fue puesta en nuestra carpa sin discusión alguna.

No dormí mucho en aquella ocasión, me levanté muy temprano y observe a Mateo por más de una hora, los labios me picaban, quería... bueno ustedes imaginarán que quería y lo hice, junte nuestros labios por unos segundos y luego los acaricie con los míos, sí, él fue mi primer beso aunque no lo supo hasta hace unos días, siempre tuvo el sueño muy pesado.

No le dije todo, ese día también salí del closet, bueno sólo con una persona.

- ¿Qué crees que estás haciendo?

- Yo...

- Le diré a nuestros padres

Sophi me había descubierto y le supliqué que no dijera nada, salimos de la carpa y le conté sobre mis sentimientos, ella me escucho atentamente y juro guardar mi secreto.

Y lo hizo, se convirtió en mi amiga, al principio me apoyaba, ella decía que Mateo también me quería y que en un futuro me amaría y con eso crecían mis esperanzas, soñaba con un mundo color de rosa lleno de unicornios multicolores, hasta que me traicionó, ella se enamoró del mismo hombre que yo he hizo lo imposible para que él la amara.

Han pasado décadas y aún me duele, pero si ellos no se hubiesen casado entonces no tendría a Magnus en mi vida, lo amo, él es mi bebé, un bebé llorón y manipulador pero es mío, el me llama papá y también me levanta temprano.

- Son las cinco de la mañana estúpido hijo, ¿no podías esperar un par de horas más?

- Quiero hacerle el desayuno a Alec y sólo tu puedes decirme como

- ¿Quieres que cocine por ti? Te recuerdo que estoy muy lejos

- Claro que no papá - ahi esta esa palabrita que haría que tomara un avion para ir a prepararle el desayuno si me lo pidiera - quiero que me guies, quiero hacer panques de plátano con chispas de chocolate, de esos que me preparabas cuando era niño - una sonrisa estúpida adorna mi rostro, son dulces recuerdos, mi pequeño Magnus me miraba fijamente mientras preparaba la masa y luego se sentaba frente a mi con sus ojos brillantes y mejillas sonrojadas esperando a que estuvieran listas.

Empecé a decirle los ingredientes cuando Mateo despertó y me robó un beso

- Asco, quiero que me enseñes a hacer un panqué no ha hacer bebés

- ve por los ingredientes Magnus

Mateo se dio cuenta que hablaba con su hijo he intento separarse de mi, pero no lo dejé, me dediqué a besarlo y acariciarlo mientras esperaba a que Magnus reuniera todos los ingredientes, ahora creo que no fue buena idea, para cuando mi hijo volvió a tomar el teléfono estaba caliente.

- Ya está listo, tengo todo

- Bien primero...

No se lo que estaba diciendo, me costaba hablar ya que mi dulce esposo estaba consintiendo una parte de mi cuerpo. Se que les dije que aún no habíamos consumado nuestro matrimonio y es así, pero mi Maty se ha vuelto un experto en darme placer con... lo dejo a su imaginación.

Sólo espero que Magnus no queme los panques, creo que le dije que lo volteara cuando estuviese negro.

Les Deseo Una Muy Feliz Navidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora