Extra 2

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Despertar sin mi prometido pegado a mi cuerpo es señal de un mal día, y no puedo tener un mal día, no hoy que celebramos nuestro aniversario, tal vez no lo sepan pero un día como hoy Magnus Bane se mudó conmigo; lo busco con la mirada y no está, por si acaso miré al suelo, una vez lo encontré tirado en la alfombra, según me dijo soñó que estaba en una guerra avanzando pecho a tierra, aún me río cuando me acuerdo.

Salgo de mi habitación aún medio dormido con el afán de encontrarlo y arrastrarlo a la cama, cuando de pronto siento olor a quemado, eso me hizo despertar de inmediato, me asusté, había un incendio en mi departamento y no sabía dónde estaba mi novio.

Grité su nombre y el respondió desde la cocina, asi que corrí con la intención de sacarlo de casa para ponerlo a salvo, pero lo encontré con delantal y espátula en mano y me olvidé el porque de mi premura en encontrarlo, me acerque para besarlo y estrecharlo en mis brazos, él era la visión más hermosa del mundo, justo cuando acaricie su mejilla el sistema contra incendios se activó y terminamos empapados, después de ello Magnus lloró disculpandose una y otra vez por el desastre causado, no era su culpa, el sólo quería tener un detalle lindo conmigo.

El culpable era el estúpido de Michael que le dijo que esperara a que los panques estuvieran negros, iba a matarlo, pero ahora tenía que cambiar las ropas de mi novio antes de que se enfermara, luego le mandaría la factura a ese padre irresponsable, sabe que Mags no puede ni hervir el agua y se le ocurre apoyarlo en su empresa.

- Creo que Alec está muy enojado Maty, los últimos diez mensajes sólo hablan de hacerme la vasectomía con mis propias manos

- Es tu culpa, ¿cómo se te ocurrió ayudar a mi hijo a...?

- Alto cariño, tú me escuchaste cuando le decía como hacerlo

- Pero...

- Esta bien soy el único culpable, quita esa carita de preocupación, él esta bien, no le pasó nada

- Si le hubiese pasado algo, yo..., no podría Michael, yo no podría seguir viviendo sin mi hijo

- Nada le va a pasar, lo estamos cuidando amor, ya envíe un chef a su departamento, Magnus no pondrá un pie en la cocina jamás, hasta Alec esta de acuerdo con eso.
Ahora ven aquí amor, quiero sentirte en mis brazos

Mateo no se tranquilizó hasta que su avión llegó a su destino y pudo hablar con su hijo, Magnus le envió una fotografía enseñándole que no tenía ninguna herida.

- No te preocupes papá, no me pasó nada, estoy bien, ahora nos dirigimos a casa de Alec, nos quedaremos ahí mientras limpian nuestro departamento, ¿sabes pa? Izzy dijo que me enseñara a cocinar, ¿no es maravilloso?

Apenas Alec escuchó eso, mandó un SOS a Jhonathan y Samuel, por nada del mundo dejarían entrar a esos dos a la cocina, no si querían conservar la casa familiar Lightwood.

Apenas Mateo se despidió de su hijo Michael lo arrastró hacia la playa, aún estaban de Luna de miel y no iba a permitir que su esposo se quedara encerrado cuando afuera todos se divertían.

- Ya no somos niños

- Y ¿eso que tiene que ver? Yo me siento muy joven, vamos anciano voy a enseñarte a montar las olas

Tres días después Mateo y Michael recorrían la playa una última vez, al día siguiente debían de tomar un avión que los llevaría a Brasil para continuar con su luna de miel.

Era de noche y el refrescante clima era perfecto para nadar, sin duda lo harían mas tarde, siguieron su recorrido tomados de la mano mientras sostenían una agradable conversación.

Todo estaba muy oscuro y Michael decidió que ya era hora de regresar, se habían alejado mucho del hotel.

- Volvamos - avanzó un paso pero su esposo no se lo permitió, Mateo lo jalo hacia él aprovechando que aún estaban tomados de la mano.

- Te Amo... - esas dos palabras lo dejaron sin aliento - Te Amo Michael - lo miró con los ojos muy abiertos, la única vez que Mateo le dijo te amo había sido el día que se casaron

No reaccionó hasta que Mateo lo besó, fue un beso lleno de sentimientos, estuvieron largos minutos acariciando sus labios contra los contrarios hasta que un te amo conjunto los hizo sonreír al mismo tiempo que la luz de la luna se hizo presente. Miraron hacia el cielo, las nubes se habían ido dejando al descubierto un mar de estrellas.

Se miraron a los ojos, estaban brillantes por la felicidad de saberse amados, un beso dado a la mejilla de Michael lo hizo reir mientras giraba el rostro hacia el mar y quedó maravillado, tomó a Mateo por la barbilla y le hizo girar el rostro en su misma dirección, ambos estaban sorprendidos, en las rocas descansaban miles de estrellas de mar mientras el agua reflejaba las miles de estrellas del firmamento, observaron a su alrededor y la arena brillaba como diamantes. Era un lugar mágico, jamás en su vida habían visto algo tan hermoso.

- Vamos a bañarnos

- No hemos traído nuestros bañadores

- No importa, aquí no hay nadie

Michael vio con asombro como su esposo se desnudaba para luego desnudarlo a él, era la primera vez que se atrevía a hacer algo así, Mateo era demasiado tímido, después de besarlo lo jalo hacia el mar.

No supo como ni en que momento empezó pero ahora había un pequeño problema, Mateo estaba dando total atención a cierta parte de su anatomía que lo hacia querer hundirse en esa boquita, pero esos no eran los planes de su esposo, apenas Mateo tuvo a Michael totalmente loco de placer, se volteo apoyándose en una de las rocas dándole una exquisita vista de su entrada.

- No, por favor Mateo no me hagas esto, te deseo demasiado..., no voy a poder controlarme.

- No quiero que te controles, quiero ser tuyo, hazme tuyo

- ¿Estas seguro?

- Seguro, tan seguro como mi corazón al amarte.

Michael trago grueso, se acercó a su esposo y pego su pecho contra su espalda, le hizo mirarlo y luego devoró su boca mientras uno de sus dedos empezaba a trabajar, ver la incomodidad de Mateo lo hizo esforzarse un poco más en sus besos, luego de unos minutos ya eran tres dedos, para ese entonces Mateo estaba gimiendo sin control, sacó sus dedos ante las protestas de su esposo pero Michael quería hacerlo suyo mirándolo a los ojos, una última pregunta silenciosas y Mateo se sumergió en el mar para hacer un poco de trabajo oral, diciéndole con ello lo ansioso que estaba, luego Michael lo tomó y lo alzó haciéndole rodear su cintura con sus piernas, entro lento mientras masturbaba a Mateo para hacerle olvidar el dolor y después se dejo ir, las embestidas suaves del inicio pasaron a ser rápidas y rudas, Mateo dejó caer su cuerpo en el agua mientras era atendido por su esposo, en otras ocasiones trataba de no gemir por vergüenza pero ahora su boca no podía callarse, estaba gritando por el placer.
Ya estaba cerca, lo sentía, ese delicioso cosquilleo que le indicaba que estaba a punto de correrse, su torso flotando en el agua fue levantado por Michael, ambos se miraron a los ojos y compartieron un beso para luego gemir el nombre del otro, habían alcanzado el cielo juntos.

No eran unos niños, menos jóvenes, ya tenían un hijo que había terminado la universidad y estaba a punto de casarse, pero aún así, con toda la experiencia de vida obtenida habían decidido esperar, ellos eran felices por la decisión tomada, esperando a estar casados para entregarse en todos los sentidos, la espera había sido larga, pero no se arrepentian, ese momento mágico y maravilloso quedaría grabado para el resto de sus días en sus memorias.








Ahora Si, historia terminada, gracias por leer chicas. Y si hay algún chico por aquí igualmente muchas gracias

Les Deseo Una Muy Feliz Navidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora