Ninfomanía (INCOMPLETO)

Inocencia

— Mi hermana Samantha y yo nos encontrábamos recostadas en el sofá, mientras disfrutábamos ver nuestro programa favorito en la tele, mi madre murió cuando tenía 6 años y el resto de mi familia como mi hermano Robert y mi padre Louis estaban en su trabajo, lo que significa que estábamos solas en casa.

El programa estaba muy entretenido, parecía que Samy lo estaba disfrutando mucho pero yo, la verdad, no le estaba prestando la debida atención. Desde el sofá a medida que pensaba, observaba por la ventana cómo caía el atardecer, no paraba de recordar aquel chico que había observado el ciclo pasado de la Universidad, solo imaginar que mañana iniciaban las clases me daba la esperanza de encontrármelo y aunque fuera a distancia observar esa hermosa sonrisa que trae colgada en su rostro.

— De repente escuché a mi hermana gritarme fuerte al odio: Eileen, reacciona!!! —me espante y respondí: ¿!qué pasó¡?, ¿porque me gritas de esa manera? — con cara de espanto—

— Llevo minutos hablándote y no me has prestado atención ni un momento, ¿podría saber en qué piensas? —girándose hacia ella, mirándola fijamente mientras cruzaba sus brazos y ponía cara de enojo—

— Nada, solo me entretuve viendo el atardecer — exclamó con voz de nerviosismo— Es tarde ya, que raro que aún no llegan Robert y papá —intentando desviar la conversación—

— ¿Segura que no pensabas en nada? , te veías muy distraída para solo estar observando —puso cara de duda, alzando una ceja— Y deja de intentar desviar el tema jovencita.

— Samy te comportas como papá — dijo mientras reía— iré a darme una ducha.

— De acuerdo. —dijo mientras sonreía— no tardes, pediré pizza para cenar.

Subí las escaleras y caminé hasta llegar a mi aposento, entre y cerré la puerta, me desvestí y llegué hacia la ducha.

Mientras me duchaba no podía parar de pensar en la sonrisa de aquel chico, en sus ojos cafés y todo lo que lo hacía verse extremadamente Perfecto. Aunque aún no había experimentado tener relaciones sexuales, tenía una mente perversa e me imaginaba rozando mis labios con los de aquel chico, mientras este me besaba con pasión y me penetraba suavemente, a medida que salía el agua tibia por la regadera, pasaba mis manos por mis pequeños senos, baje una de mis manos y empecé a frotar mis dedos sobre mi clitoris aunque no introducía mis dedos en mi vagina porque aún era virgen, sentía un inmenso placer, mi cuerpo se estremecía y por momentos lanzaba gemidos suaves, era increíble la manera en la que me ponía solo usando mi imaginación, más que increíble era sorprenderte el deseo que sentía por aquel chico del que no sabía absolutamente nada, en aquel momento me di cuenta de que había crecido y mi inocencia la había perdido.