Foxy x Mangle "Amor de Hierro"| By Foxyzo

Capítulo 7

-¡Agh! ¿Qué fue eso? -Logré exclamar, mientras trataba de mantenerme consciente.

- ¡Si vamos a llegar para que nos desmantelen, yo adelanto el trabajo! -Dijo furiosa, mientras se forzaba uno de sus brazos, sacándose la coraza.

Me paré, apartándome de ella. Mangle dejó caer el pedazo de brazo y se dirigía amenazante hacia mí.

- ¡Qué escándalo! -Gritó una voz masculina, entre unas cajas de madera, quizá dentro.

Ambos prestamos atención y miramos hacia donde había venido la voz.

En la otra esquina del camión, se asomó un brazo azul con uñas violetas. Pronto, se levantó una criatura parecida a un coyote, (de ojos amarillos, al igual que Mangle).

- Ah, son ustedes dos. -Dijo aquélla animatrónico, con voz femenina.

- ¿Quiénes son? -Preguntó la voz masculina, notablemente quejosa, todavía dentro de las cajas.

- ¡Los dos zorros que habíamos visto! -Le contestó la coyote.

Ni Mangle ni yo sabíamos qué pensar de aquella escena.

- Disculpen, es Grabriel. -Dijo la coyote- yo soy Isabel. -Agregó.

Ninguno respondió, Mangle solamente frunció un poco el entrecejo, extrañada.

- ¿Están bien? -Repuso la criatura, tratando de ser cortés.

- Sí. -Respondió Mangle- Me llamo Mangle.

Isabel sonrió, y luego me miró a mí, indicándome que le tenía que decir mi nombre.

- Yo soy Foxy. -Me apresuré en contestar, algo nervioso y aún alerta de Mangle.

Isabel rio sin abrir la boca.

- "Foxy", ya veo, por lo de zorro. -Dijo entre cortas risas.

- ¿Quién está entre las cajas? -Pregunté, tomando un poco más de confianza.

- Ya les dije, Gabriel, pero el vago -Dijo, pateando una de las cajas en la cual estaba- no quiere siquiera levantarse.

- ¡Ya oí, ya oí! -Respondió molesta la voz algo ronca.

Se movieron algunas de las cajas, y se asomó otro coyote. Éste era casi tan flaco como Foxy, y al pararse junto a Isabel se denotaba que ella era más corpulenta que él. 

- Hola. -Dijo, todavía frotándose una de sus manos en su frente y parte del párpado, en un gesto que trataba de dar a conocer que quería salir de su estado de somnolencia. Quizá por deseo propio, quizá por ser cortés, o quizá (y más probable) por ahorrarse un regaño de la coyote. 

La susodicha le golpeó el codo, con un disimulo muy mal ejecutado, para que dijera al menos su nombre. Gabriel lanzó un grito corto y quejoso, mirando de soslayo por un par de segundos a Isabel, con rencor. 

- Soy Gabriel. -Finalmente dijo. 

Mangle miraba con el entrecejo fruncido aquella escena, yo, por otra parte, agradecía toda esa interrupción, parecía que la euforia inexplicable de mi compañera cesaría por unos minutos. Suspiré de alivio, mientras me seguía tocando la parte dolorida de mi cara. 

- Veo que se llevan bien. -Comentó con ironía la coyote, viendo el estado de Foxy y sabiendo quién lo había golpeado. 

- Hey, no creas que yo lo dejé en ese estado -Se defendió, señalando sin mirarme con su pulgar. 

- Pues, ¿entonces? -Preguntó Isabel, cruzándose de brazos. 

La zorra suspiró. 

- Es una larga historia. -Dijo en un largo suspiro.