Samay Evans:

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Regreso a casa y entro intentando no hacer ruido cosa que es imposible porque soy una torpe. Mi tía sale de la cocina y me mira.

Cariño-se acerca a mí- ¿Estas bien?-limpia mis lágrimas.

Ni siquiera me había dado cuenta de que estaba llorando.

Si-murmuró.

Yo creo que No-me mira- cuéntame.

Me sienta en el sofá y se sienta a mi lado abrazando me. Cosa que agradezco porque realmente lo necesitaba.

Cariño, cuéntame, estoy aquí para escucharme-besa mi frente.

Tía-lloro abrazando me a ella.

Acabo contándole todo lo sucedido con aquel chico, sin contarle la violación que sufrí. Limpio mis lágrimas de vez en cuando y suspiro.

Cariño, yo creo que de verdad estas empezando a importarle, si no te quisiera no haría todo eso. Pero yo creo que hay algo más-me agacha frente a mi y quita mis lágrimas.

Me violarón tía-murmuro llorando.

¿Qué?-murmura sorprendida.

Si, por eso no puedo confiar en nadie, porque todo es una maldita mierda para mi, ¿que he hecho yo para merecer esto?-lloro.

Nada cariño-intenta calmarme-en este mundo las personas buenas son las que sufren y las malas son las que tienen el autoestima y el ego más alto, y no es justo-suspira.

Todo es una mierda-murmuro llorando.

Cariño, vamos a denunciar a ese imbécil-quita mis lágrimas.

Suspiro y miro al suelo. No estoy preparada para verle de nuevo si lo encuentran.

Grita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora