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Frente de una cafetería
04:45 pm

La lluvia para la mayoría era algo muy deprimente, para esas personas la lluvia era un clima triste que siempre estaba ahí para hacer sus vidas aún más miserables y pesadas de lo que ya eran; por eso mismo la mayoría prefería los días pacíficos y soleados.

Pero en cambio, Fukase amaba la lluvia y cada parte de ella: El ambiente frío que producía, ese agradable olor a húmedo, la divertida sensación de las gotas cayendo sobre su piel, y por supuesto los truenos y relámpagos que lo ayudaban a imaginar a sus mayores enemigos, problemas y temores siendo erradicados sin piedad.

Los días lluviosos eran increíbles, el mejor clima de todos. Aunque, ahora mismo, Fukase estaba reconsiderando ese pensamiento.

De camino a su casa, una ráfaga de viento se llevó lejos su paraguas, dejando a Fukase expuesto en mitad de una fuerte lluvia. Por suerte, logró meterse debajo del toldo de una cafetería que estaba justo al lado para protegerse de la lluvia hasta que ésta cesase, aunque al parecer eso tardaría bastante. Sin embargo, Fukase no se preocupó demasiado por eso, a él no le molestaba comprar otro paraguas. Además, no estaba tan desesperado por irse.

¿Que por qué no entró a la cafetería directamente para ahorrarse problemas? Pues porque le prohibieron la entrada debido a lo empapado que estaba.

– Desconsiderados de mierda.. – Murmuró, intentando estar enojado, pero no pudo evitar recordar que si él estuviera en su situación habría hecho lo mismo, y tal vez hasta algo peor.

Sin nada mejor que hacer, Fukase se agachó y comenzó a jugar con las gotas de agua que caían en sus manos. No era lo más divertido que podía hacer, pero no se esforzó mucho en encontrar algún otro método de entretenimiento.

Repentinamente un chico se quedó parado justo al lado suyo, haciendo parecer que Fukase estaba en el medio y que él no podía pasar por lo que restaba de acera. Fukase pensó que esa persona seguramente estaba esperando a alguien, por lo que intentó no llamar su atención para evitarse problemas innecesarios. Y así terminó pasando 15 minutos de esa manera, hasta que accidentalmente hizo contacto visual con ese chico.

Sin poder retractarse, Fukase empezó a mirarlo de reojo. – Oye, rubiecito, ¿sabías que la acera es suficientemente grande para que pases? No me molesta en absoluto que me mires como si fuera un acto de circo. Nop, para nada. – Dijo sarcásticamente en su mente.

El chico parecía querer decirle algo, pero como tardaba demasiado Fukase prefirió preguntarle qué quería para hacer que finalmente se fuera.

– ¿Necesitas algo? – Preguntó mientras ladeaba la cabeza. El chico tardó en responder. – ¿Qué pasó, rubiecito? ¿El gato te comió la lengua? – Se volvió a burlar de él internamente.

El chico se puso nervioso de repente y comenzó a balbucear como un niño pequeño. – Para... Ese.. – Fukase alzó una ceja. – Parece que le agradas a ese gato. – Logró decir finalmente.

– ¿Qué? Ah.. – Fukase no se había dado cuenta hasta ese momento de que había un pequeño gato siamés a su lado, el cual al parecer se había encariñado bastante con su pierna. – ¡Ja! Qué casualidad.. – Pensó. – ... Sí, eso parece.. – Empezó a acariciarlo con suavidad, el gato se apoyó en su mano, indicando que le gustaba ser acariciado por él. Fukase y el otro chico sonrieron enternecidos. – Esto me pasa muy seguido, no sé porqué le agrado tanto a los gatos. Aunque no me molesta, me gustan mucho los gatos. – Habló sin pensar.

¿Solamente Amigos? (Len x Fukase) [CANCELADO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora