Las mejores historias no tienen final, Jeongguk. Deberías saberlo.
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Ha pasado una semana.
Llevo siete días yendo a tu casa cuando las clases terminan.
He soportado perfectamente a SeokJin siendo un completo posesivo sobre ti y a TaeHyung mirándonos de lejos.
JiMin dice que estoy siendo demasiado obvio.
"¿Por qué no tienes novia, Kookie? Muchas chicas morirían por estar contigo."
Cuando preguntaste eso, decidí que era el momento.
"Me gustan los chicos." Me gustas tú.
"Oh. A mí también." reíste y suspiraste, de alivio seguramente. "De hecho, estoy feliz de que lo mencionaras. Tengo que hablar con alguien sobre algo."
"¿Uhm?" intenté sonar desinteresado.
Hubo un largo silencio hasta que soltaste la bomba.
"Tú... ¿tú eres el chico que deja rosas para mí?"
Mi sangre se congeló.
Me miraste con esos ojos, tan bonito e intocable que no pude mentirte.
"Lo soy." confesé aturdido. "Es mejor que me vaya." dije antes de que pudiera decir algo que arruinara la situación.
Me puse de pie, dispuesto a salir de allí cuando hablaste.
"Terminé con SeokJin."
Mi mano quedó colgando sobre el picaporte.
"Mírame, por favor."
Lo hice. Estabas sonriendo.
"No sé por qué no lo hice antes. Yo... creo que es muy patético estar con alguien solo para conseguir la atención de otra persona pero yo no sabía cómo..."
Fruncí el ceño y mordí mi labio inferior, esperando entender.
"Demonios, Kookie, no hagas eso mientras intento pensar en cómo decirte cuánto me gustas."
"No quiero tu lástima, YoonGi. Yo trataré de no interferir en tu...¿Qué?"
"SeokJin y yo dejamos de entendernos hace un tiempo." confesaste. "Pero no dejamos nuestra relación para mantener las apariencias."
"Eso es una mierda." respondí sincero y te reíste.
"Lo fue. Sabía de TaeHyung y me sentí muy mal." estuve por preguntar sobre tus cortes cuando volviste a hablar. "Hasta que te encontré."
"No es como si no lo hubiera hecho antes, ¿sabes? Todo el mundo habla de ti." eso me sorprendió. Se suponía que yo no era el importante aquí.
"Cuando empecé a recibir notas, me sentí querido. Querido por ti." avanzaste hacia mí y tomaste mi mano tembloroso. "No sé qué viste en mí, Kookie. Soy la peor persona del mundo y no te prometo un amor lleno de colores, no cuando mi vida es gris. Pero si algo es cierto es que me gustas. Me gusta la manera en la que muerdes la punta del lápiz cuando estás concentrado. O las caras molestas que pones cuando te pregunto algo que no entiendo. Tú realmente me gustas, como algo mucho más que sólo amigos o tutor de Historia."
No podía creerlo. Ni siquiera sabía qué decir, así que me sorprendí cuando respondí con la voz casi rota.
"Me gustas también." sonreíste para mí. "Y no quiero colores en mi vida, no cuando te tengo a ti a mi lado."
Apretaste mis manos con lágrimas en los ojos y me abrazaste.
"¡Tan malditamente lindo!" susurraste.
"¿Eso quiere decir que debo dejar las rosas de lado?" pregunté intentando bromear. "¿No más notas?"
Te separaste de mí casi ofendido.
"Bromeas, ¿cierto?" negué y tú golpeaste mi pecho con tus pequeñas manos. Hiciste un puchero y me besaste la mejilla.
