Lizzy
Me duele la cabeza. Fue una mala idea quedarme a leer hasta la madrugada. Lo peor es que hoy comienzan las clases, y mis ojeras llegan al suelo. En realidad, volver a Pemberley no me apetece demasiado, pues mi hermana Jane no estará allí. Este verano lo fue a pasar a Londres, a casa de mis tíos, y tomó la decisión de quedarse a estudiar ahí durante todo este año. Es triste pensar que no la veré en los pasillos, y que no estará para aconsejarme. En serio la necesito, tanto en Pemberley como aquí en casa, donde a mi mamá la idea de nuestras futuras bodas no ha dejado de rondarle en la mente. La cabeza sigue retumbándome, y ella en la mesa no deja de darme sermones.
-Lizzy ya eres mayor, deberías pensar en buscar un novio- lo dice con énfasis para que papá, quien lee el periódico en silencio, la oiga- Eso sí, tiene que ser alguien de dinero. Pensar que tu hermana perdió la oportunidad de ser novia de un joven de buena posición- señala con tono melancólico, mientras al parecer por la expresión de su rostro, se queda meditando en torno a esta situación.
Al parecer mamá aún vive en el siglo XIX, ya que sus comentarios bordean lo obsoleto. La situación de Jane sigue rondando en la casa. Ella no se da cuenta que este tema debería ser olvidado, porque solo causa disgusto en nosotros.
Ella piensa que la gente se enamora por la cantidad de dinero que el otro tenga. Esto solo puede causarme diversión, porque si fuera así, yo estaría loca de amor por mi peor enemigo.
Me apresuro a buscar rápido una excusa para escapar de los comentarios mal intencionados de mamá. Lo único que se me ocurre, es decir, que le prometí a Emma llegar antes el primer día, para acompañarla a la radio. Mamá obviamente me deja ir, pues sabe que Emma, es hija de uno de los hombres más ricos de la ciudad, por lo tanto, aprueba totalmente mi amistad con ella. Así que sin pensarlo dos veces, salgo corriendo de casa.
Cuando llego a Pemberley no veo ni a Emma ni a Anne. El día anterior nos pusimos de acuerdo para encontrarnos en el patio, tal vez me adelanté mucho y las chicas aún no llegan. Bueno, me siento en una banca a esperarlas. Me dispongo a escuchar música, pero no encuentro mis audífonos, el chico que está a mi lado me tiende los de él.
¡Oh, no! Es Fitz Darcy.
No puede ser que me haya topado con la persona que juré odiar toda mi vida, justo el primer día de clases, y a primera hora de la mañana. Como odio a este sujeto, es un imbécil arrogante. Exacto, "imbécil arrogante", es la combinación de palabras perfectas para definir al que según muchos es el estudiante más popular de Pemberley.
-No, gracias-les respondo con tono molesto, sin siquiera mirarlo.
-Noté que no encontrabas los tuyos. Pensé que necesitarías unos- dice amablemente, como si yo le creyera un poco esa falsa amabilidad que demuestra.
-Bueno, en realidad ya no deseo escuchar música- jjjajajja, Darcy es un idiota, se me queda mirando con incredulidad. Como si de alguna forma mis palabras lo hubiesen ofendido.
-Está bien, no insisto.- responde él, levantándose y alejándose de mi para ir encuentro de Fred (uno de sus grandes amigos).
¿Por qué se porta amable conmigo? Después de todo lo que pasó en nuestro primer año de escuela, espera que se cordial con él. Si no soy lo suficiente bella para tentarlo, como el mismo señaló en el baile de bienvenida del año anterior. No debería ni dirigirme la palabra.
¡Lo odio! ¡Lo odio! ¡Lo odio!
Y lo haré por el resto de mi vida o para no exagerar, de los años escolares que me queden en Pemberley.
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La culpa es de Austen
FanfictionEn "Pemberley high school" se reúnen los personajes más entrañables de Jane Austen. Eso sí, algo más jóvenes, y un poco más alocados. Los seis protagonistas de esta historia se tendrán que enfrentar a todo lo que significa ser un adolescente en el...