NADA ES NORMAL.

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ETHAN POV'S

Cuando era pequeño solía sentir celos de Maddie, ella era siempre el centro de atención de mis padres. Mi madre siempre estaba detrás de ella. Mi padre solía consentirla y complacerla en todo, y mi hermana mayor, solía jugar más con ella que conmigo. Y aunque Maddie solía hacer muchas travesuras, me encantaba ser su cómplice y estar con ella incluso en sus clases de etiqueta, porque yo parecía que era su favorito. De entre toda la atención que recibía, siempre buscaba mi compañía. Mis mejores recuerdos son a su lado. Ya se que discutimos y nuestras peleas son monumentales y un poco estúpidas, pero es nuestra manera de querernos. Una vez crecimos y nos enteramos del peso de ser la tercera hija en nuestra familia, sentí celos de Maddie nuevamente. Me preguntaba continuamente por qué no podía ser yo el futuro rey, pero una vez vi todo a lo que Maddie tuvo que someterse, a todo a lo que renuncio y ha estado obligada hacer... se me pasaron los celos y siguió siendo mi hermanita menor, que continuamente me metía en líos y problemas, cabe destacar.

Los años de nuestra infancia fueron mágicos... muchas idas al hospital (la mayoría solo por mi), muchas peleas, muchos brazos rotos, muchos castigos, muchas aventuras y mucho de todo. Maddie y yo éramos inseparables, y cuando estábamos juntos mis celos hacia ella pasaban a segundo plano. Supongo que lo de los celos suele ser normal en hermanos del medio. No puedo ser el único con esos sentimientos. Además, son celos tontos...

Cuando supe del destino que le esperaba a Maddie y ella huyó, me asusté mucho. No quería que le pasara nada, y le reclamé a mis padres que le hicieran eso a ella. En ese momento deje de sentir celos definitivamente y solo quise estar ahí para ella como sé que ella habría estado para mí. Cuando entre las cosas acordadas e impuestas hacia Maddie, salió a la luz que iría a mi universidad, estuve muy feliz, sería como en nuestros años de infancia. Y ciertamente así ha sido... hasta ahora. Todo empeoró una vez mi abuela apareció y el secreto de Maddie y nuestra familia salió a la luz. Ahora todo es caos, todo es discutir, todo es enterarse del cuento en el que hemos estado viviendo y que no es de hadas precisamente. Aunque Maddie sí que sigue siendo la misma que me mete en líos y defiende de todos, así tenga que ganarse un castigo ella. Pero de nuestra familia... no sé si puedo decir que seguimos siendo los mismos.

— Ethan. — Escucho a mi madre y desde mi asiento en medio de la cama con bolita de algodón y Ricky en mi regazo, la veo como camina hacia mí.
Sabía que alguien vendría a verme. Sinceramente esperaba que fuera mi padre...

— Estoy bien mamá. — Le digo cuando se sienta en un extremo de la cama. Ve con cierto recelo a mis mascotas.

¡Nadie me entiende!
Es muy difícil ser yo.
Soy irresistiblemente guapo pero hay cosas más difíciles que lidiar con la belleza...
Por ejemplo, que nadie entienda a mis mascotas.

— ¿Están vacunados? — Se refiere a los animales.

— Lo están. — Susurro de mala gana.

— Sabes que no pueden estar acá. — Me recuerda una vez más. Otra cosa que le debo a Maddie... Ella peleó para que mis mascotas, que en principio solo era Ricky, estuvieran aquí conmigo.

— Los estoy entrenando. — Ella eleva una ceja un tanto escéptica. No culpó a la mujer. Yo también estoy empezando a dudar en que eso pueda ser posible. Debo admitir que no es fácil. Los pollos y los conejos no son los más listos en entender que sus necesidades no las deben hacer dentro de la casa, ni encima de mi cama... o de mí. Veo la cara de mi madre. — Tardan en aprender pero lo hacen. — Mi madre sonríe y hace el amago de acariciar a bolita de algodón. Este sacude sus orejas y arruga la nariz haciendo que ella aparte la mano.

NO ES UNA REINA MÁS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora