El misterioso dueto

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Esta historia es propiedad de Luna_hermione (de potterfics)
la publicó aqui por ser un sitio más amigable
tengo todo el permiso y autorización para publicarla
pero el crédito es de ella.



Esa misma tarde le pedí el teléfono a mi madre, luego llamé al hotel pero nadie me contestó, me recosté un rato y sin darme cuenta me quede dormida.
Me levanté temprano para ir a la escuela, me hizo una falta terrible el no acosar a Edmund porque íbamos a llegar tarde, Peter se ofreció a llevarme a la escuela, sin embargo ninguno de los dos dijo palabra alguna, el silencio que se pronunciaba comenzaba a hacerme algo más que irritante, más bien molesto.
Al parecer llegue con cara de pocos amigos, porque las preguntas casi exigentes de respuesta se hicieron inmediatas a mi llegada
— ¿Qué te pasó? —me pregunto Maggy, con un deje de preocupación mezclado con desagrado
Procedí a contarle todo sin más, en realidad, ánimos no tenía muchos, pero carecía de fuerzas para seguir, así que en ella encontré apoyo
— ¿hablas enserio?, que mal
—lo sé —dije haciendo una mueca.
—Cambiando de tema —dijo mi amiga en un intento de hacerme sentir mejor — ¿Quiénes crees que fueron los enmascarados que cantaron maravillosamente en el baile?
Sonreí tenue y pensé muy bien lo que iba a responderle, no sabía cómo decirle que la que había cantado era yo, así que le contesté:
—yo también me pregunto quién fue el fabuloso enmascarado que cantó.
— ¿y no te interesa saber quién era la chica? ¿Acaso sabes quién es?
—Más de lo que tú crees —conteste entre dientes
— ¿Qué? —Se acercó para oír mejor lo que había dicho
—nada, no tengo ni la más mínima idea de quién es
— ¿me estás diciendo la verdad? —Dijo mirándome dubitativa —mira que yo te puedo contar quién es el famoso enmascarado
— ¿me lo prometes?
—Claro que sí, pero cuéntame
—bueno en realidad la chica que cantó… fui yo —reconocí torciendo los labios envuelta en pena — ¿ahora cuéntame quién era el chico?
Al mirar a Maggy me di cuenta que su expresión había cambiado totalmente, palidecía terriblemente y se echó para atrás un par de pasos.
— ¿estás bien? —Le pregunté preocupada
—si… es que, no sabía que cantaras tan bien
— ¿pero me vas a contar quién era el chico?, o no —Calmé el momento haciendo un gesto de fingida desconfianza que le hizo gracia
—claro que… es que no creo que lo quieras saber
— ¿Por qué no?
—Pues es que... no sé cómo decirlo
— ¡bah! —Dije haciendo una mueca —era de suponerse que no lo sabías, pero querías que te contara
—exacto —me respondió con una sonrisa forzada.
En ese momento llegó Paul
—hola chicas, ¿Qué me cuentan?
—Nada, hablando de quienes serían los fabulosos enmascarados que cantaron en el baile —le respondí con una sonrisa.
Vi un breve intercambio de miradas entre Paul y Maggy, luego Maggy carraspeo un poco y dijo:
—sin embargo no tenemos ni la más remota idea de quienes podrían ser.
Paul le sonrió un poco forzado y luego me preguntó:
— ¿Qué pasó con Edmund? —Cambió de tema casi radicalmente
—no he podido hablar con él —respondí apagada
—no te preocupes —me dijo posando una mano en mi hombro —apuesto que el chico te debe de estar extrañando mucho y no tardará en volver
—que el cielo te oiga —fue mi insípida respuesta
Cuando llegamos al aula pude oír algunas conversaciones, para mi sorpresas todos conversaban del dueto de enmascarados que habían cantado en el baile, me sentía un tanto incomoda así que decidí hacer un esfuerzo sobrehumano y dejar de escucharlas.
Al terminar la clase Agustín se me acercó
—hola Lucy —saludó con su habitual sonrisa
Lo miré fijamente, me produjo una rara sensación.
—Hola —dije respondiéndole la sonrisa.
— ¿estuviste en el baile?
—sí, andaba por ahí con mi hermano.
—hmm ya… no te vez con buena cara ¿qué pasó?
Como demonios le decía que por su culpa mi hermano y yo nos habíamos peleado.
—Es que me hace falta mi hermano que fue a acompañar a mi padre a san francisco —respondí no mintiendo del todo.
— ¡qué bueno!... digo, por tu hermano, aunque creo que le harás mucha falta...y, pues también lo digo porque al menos no te fuiste, me hubieras hecho mucha falta.
Sonreí levemente, luego alguien se me acercó y me dijo:
—vamos Lucy, te tengo que mostrar algo
Era Paul quien se había acercado, yo asentí y luego me despedí de Agustín, los dos se dirigieron miradas de desconfianza, luego Paul y yo salimos del salón.
— ¿qué me ibas a mostrar? —le pregunté mientras avanzábamos silenciosos por el pasillo.
No me respondió nada, luego llegamos a su casillero, abrió la puerta y dijo:
—esto era.
Señaló una foto en la que estábamos Cindy, Maggy, Edmund, Paul y yo, nos la habíamos tomado una semana antes, él ya la tenía puesta en su casillero, ya oficialmente era su amiga
—es hermosa —le dije.
—pensé que te gustaría —dijo tomándome de la mano —es el mejor grupo de amigos… espero no te disguste que no nos hubiéramos tomado una foto con Agustín.
—no, él es buena persona, pero no es un amigo para mí.
—no te ofendas, pero me alegró que digas eso.
Ambos nos quedamos callados un buen tiempo.
—Ten —me dijo alcanzándome un celular —llama a tu hermano.
—Gracias —sonreí tomando el móvil.
Me retiré un poco, no porque no quisiera que Paul no escuchara, sino porque intentaba poder tener mejor señal, marqué el número que de tantas veces marcar el día anterior ya me sabía de memoria.
— ¿aló? —contesto una voz gangosa al otro lado del teléfono.
No estaba segura si era Edmund o mi padre pues los dos se oyen idénticos cuando tienen gripa, así que pregunte
— ¿con quién hablo?
No hubo respuesta al otro lado, solo oí un suspiro, por ello deduje que se trataba de mi hermano.
— ¿sigues ahí Edmund? —pregunté por preguntar, no sabía bien que decir.
—Si sabias que era yo porque preguntaste —respondió secamente.
Pensé que lo mejor era despedirme, parecía que la última persona con la que quería hablar era conmigo así que estaba a punto de hacerlo cuando él añadió esta vez más amable:
— ¿Cómo conseguiste el teléfono?
—mamá me lo dio
—a, ya… ¿dónde estás?
—en la escuela, lo que pasa es que Paul me prestó su teléfono para poder llamarte... ¿Edmund tienes gripa? —Dije haciendo al final la pregunta más tonta
—no, tonta, lo que pasa es que éste es mi nuevo acento —dijo lanzando un suspiro y acomodó el auricular del teléfono y amigablemente me pregunto — ¿Qué quieres hablar?
—Ed, es que necesito pedirte disculpas… y lo mismo a Su
Lo oí toser y luego añadió dulcemente a pesar de su voz gangosa
—no te preocupes Lucy, tú sabes que yo te quiero… mucho.
—Entonces vuelve —No vacilé a decirle lo que pensaba y sentía
Pareció meditarlo unos segundos y luego me dijo:
—escucha, trataré de regresarme antes con Susan… estaba esperando que llamaras para volver
—Está bien, mientras vuelvas… y, ¿Por qué tienes gripa?
—ayer al salir del aeropuerto nos mojamos, sin embargo yo fui el único que me resfrié.
—Entonces espera que se te pase el resfriado y ahí si vuelves —bromeé
—no puedes vivir sin mí —respondió riéndose.
Yo me reí por que sonaba gracioso cuando se reía gangosamente, más no por su broma, en realidad mi estado de ánimo no era tal como para ese tipo de bromas y asumirlas de la mejor manera
—te dejo —le dije finalmente —recuerda que el teléfono no es mío.
—está bien... mándale saludos a Maggy.
—es la única que te interesa, no te importa mandarle saludos a Cindy, o a mamá o a Pete…
—no te pases —me interrumpió riéndose —mejor le mando saludos a todos.
— ¿a Peter también?
No dijo nada durante unos cuantos segundos y al fin se decidió a decir:
—a él también —añadió Con sequedad
—luego hablamos Ed.
—te quiero Lu
—y yo a ti, adiós
—adiós, cuídate
Colgué el teléfono, me di cuenta de que Paul seguía cerca
— ¿y cómo te fue? —Sus ojos revoloteaban curiosos y dulces por mi rostro en busca de una respuesta
—bien —respondí sonriendo —muy bien
— ¿ya hicieron las paces?
—si… te mandó saludos y también dijo que iba a ver si podía regresar.
Me sonrió, y de nuevo, como si adivinase mi estado de humor cambió de tema:
— ¿Quiénes creen que cantaron la noche del baile?
—no lo sé, pero me interesa más saber quién bailó conmigo
— ¿Por qué?
No sabía que responderle, no sabía cómo decirle que el chico que bailo conmigo me había besado y al parecer sabía quién era yo.
—no importa —respondí
Y así era, la verdad quería saber quién me había besado pero no tenía la suficiente importancia en el momento, pues a pesar de que el chico parecía ser guapo, no había sentido nada o al menos jamás sentiría la conexión mágica que hubo con el misterioso chico que canté, es más, en estos instantes parecía que Agustín pasara a un segundo plano, y eso, eso sí ya era mucho decir.

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