Star Wars : Fuerzas del Destino

Marcha Fúnebre

Hace mucho tiempo en una galaxia muy muy lejana...

EPISODIO IV

MARCHA FÚNEBRE

La descomunal armada del Imperio Sith opaca Coruscant preparándose para asediar la capital y derrocar así a la República.

Los valerosos caballeros jedi viven momentos de auténtico estupor, sus fuerzas se han visto mermadas y un hecho insólito acaba de asolar la ciudad.

Mientras tanto, el joven Dant sigue buscando su función en esta guerra y cómo podría él ayudar a la Orden y a la República a ganarla.
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Moraband, un planeta desolado, todo infante había sido armado y embarcado en las naves de guerra del renacido Imperio Sith. Darth Artaxias estaba seguro de que su plan daría resultado, había calculado cada detalle con la mayor precisión posible. Él no quiso tomar partido en la contienda hasta que las piezas de su rompecabezas culminasen en la jugada maestra final que pondría fin a la República de una vez por todas.

Coruscant carecía de una flota capaz de hacer frente a la de los siths, pero habían dispuesto varios campos de minas formando una barrera exterior alrededor del planeta. El único punto débil de dicha defensa es que carecían de recursos suficientes como para fabricar bombas que cubriesen todo el espacio aéreo de Coruscant, por lo que las minas estaban bastante esparcidas y separadas unas de otras.

Mientras se realizaban los preparativos para la defensa planetaria, una fragata salió del hiperespacio y solicitó permiso para aterrizar.

-Aquí fragata DP20, al habla el capitán Hok, Corellia ha sido evacuada. Hay civiles abordo, repito, llevamos civiles que necesitan de atención médica.-La flota de la República estaba en todo momento alerta, por lo que debían asegurarse de que ninguna nave de guerra Sith traspasase sus defensas.

-Se solicita registro facial, capitán Hok, por favor, confirme su identidad mostrándose en nuestras pantallas.-El oficial esperó a que la cara del capitán Hok apareciese en sus pantallas y un vez lo hizo, dio luz verde a la fragata permitiendola así aterrizar.-Registro facial confirmado, puede proceder a aterrizar en la dársena 34.

Aquella nave descendió a la superficie y se dirigió al puerto espacial en donde un equipo sanitario esperaba a que la fragata aterrizase para poder así tratar a los civiles exiliados. Varios soldados bajaron por la rampa de salida y escoltaron a los civiles hasta aquel pequeño puesto médico, en donde algunas personas bien abrigadas se tumbaron en diferentes camillas a esperar a ser atendidos.

No muy lejos de allí, un joven Dant caminaba junto a su maestro por las abarrotadas calles de Coruscant. Había gente en cada palmo de la ciudad, se amontonaban las tiendas de campaña, y dado que no todos podían disponer de una casa en donde poder calentarse, se habían encendido hogueras clandestinas con cualquier elemento que fuese inflamable para así poder iluminar las calles y de paso otorgar calor a aquellos que lo necesitasen. El personal movilizado por el gobierno en funciones era incapaz de atender a todas las personas allí presentes, por lo que a veces se producían pequeños altercados los cuales no podían ser reprimidos ya que no había suficientes tropas en tierra.

Un anciano agarró de la pierna a Dant, cuando este le miró a los ojos, vio reflejada en su mirada el rostro de aquel hombre con quien se había encontrado aquella mañana en el mercado. Su maestro le animó a seguir adelante, liberandole la pierna de la mano de aquel octogenario.

-Tienen miedo maestro, lo veo en sus ojos.-Dant se dirigía a Kon con un leve tono de voz, se sentía preocupado por aquellas indefensas personas.

-Todos tienen miedo. La República no hacía frente a una amenaza como esta desde que Darth Torth logró tomar el borde interior dando así comienzo a su expansión por el resto de la galaxia. Conseguimos derrocarles dando así comienzo a la guerra entre la República y los Sith.-Kon recordó fugazmente la Batalla de Felucia en donde los padres de Dant fueron asesinados.-Ahora el vástago ha enmendado los errores de su padre y nos ha conseguido cercar.