La Desolación de los Sith

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Hace mucho tiempo en una galaxia muy muy lejana...

EPISODIO VI

LA DESOLACIÓN DE LOS SITH

Consternación en el corazón del Imperio Sith. Los últimos senadores supervivientes al atentado del puerto espacial en Coruscant han sido vilmente mutilados y asesinados frente a una multitud en la plaza del ya inservible edificio del Senado.

Mientras tanto, el nuevo regente de la galaxia, Darth Artaxias, articula meticulosamente cada uno de sus movimientos para así ser recordado en las leyendas.

Al mismo tiempo, los jedis restantes han sido enviados al sector 47, en donde el mismísimo emperador ha dado órdenes estrictas acerca de como deben ser tratados...
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Los asteroides se esparcian por el espacio impidiendo el acceso de cualquier crucero, solo los pequeños transportes podían acceder a la conocida Roca de la Sangre. Un bastión inexpugnable, propiedad de los Hutt, quienes regían con mano de hierro el centro penitenciario.

Aquella prisión estaba dirigida por el señor del crimen, Goliath The Hutt, un Hutt robusto, de grandes dimensiones; habían tenido que reformar las puertas para que un ser de su talla pudiese entrar al edificio. La construcción era de sólida roca, manufacturada por mano de obra esclava en uno de los asteroides más grandes allí existentes. Dado que el Imperio Sith había sido erigido por una coalición de grupos criminales, Goliath había permitido que Artaxias enviase allí a los jedis, con la condición de que ningún soldado Sith les escoltase. El Emperador aceptó, aunque le hizo una contraoferta, y pidió que se no se asesinara a ningún jedi hasta que él lo requiriese. Los Hutt  son tercos, pero también inteligentes, y Goliath sabía que mantener con vida a ni más ni menos que 2.000 jedis, suponía un alto coste en seguridad, por lo que le solicitó una pequeña ofrenda al nuevo gobernante de la galaxia. Este no mostró objeciones.

Las fragatas descendieron a una enorme plataforma de la roca, la cual había sido acondicionada para tal recibimiento. El mismísimo Goliath había acudido para dar la bienvenida a los nuevos reclusos. Centenares de soldados habían sido apostados y aguardaban ante cualquier posible signo de hostilidad. Los caballeros jedi descendían por grupos de veinte e iban siendo agrupados a la entrada de la fortaleza para su posterior registro.

-Traedme a su líder.-Goliath no hablaba la lengua común, por lo que solo podía comunicarse directamente con sus hombres.

Esto le obligó a traer consigo un androide de protocolo el cual estaba dispuesto a hacer de interlocutor entre él y el líder de la caída Orden Jedi. Los guardias buscaron entre los grupos que iban bajando al maestro Koz, quien fue arrancado de sus compañeros del consejo y arrojado frente al imponente Hutt.

-Dile al jedi que él será acogido en la celda de honor.-El Hutt dejó entrever una leve sonrisa.

-El todopoderoso Goliath os informa que...- El androide de protocolo fue interrumpido por Koz, quien se alzaba del suelo con un imperante tono de voz.

-No hace falta que traduzcas droide, yo también sé hablar "Hutt".-Acrecentó el tono cuando pronunció aquella palabra.-Su todopoderosos Goliath, mis hombres y yo nos iremos enseguida, no es necesaria tanta hospitalidad.-Comenzó a hablar en su lengua.

-Escoria humana.-Empezó a reírse de manera insólita.-Tú y tus amigos os quedareis aquí y cuando salgáis, no será con vida.

-Saldremos ahora mismo, con o sin su ayuda.-Koz sabía que muchos jedis perecerían en la huida, pero era un precio que debía pagar por traer de vuelta a la República.

Star Wars : Fuerzas del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora