Terror

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Hace mucho tiempo en una galaxia muy muy lejana...

EPISODIO V

TERROR

La República ha caído. Tras una cruenta batalla en donde los siths asediaron la capital desde dentro, un nuevo Orden del Terror se ha alzado. Su nuevo líder, Darth Artaxias, gobierna con puño de hierro afianzando cada sistema de la galaxia a su régimen.

Los jedis, caballeros de la paz y la justicia, han sido desterrados y enviados al peor lugar del borde exterior, una prisión en donde Darth Artaxias quiere que sean torturados y vilmente asesinados mientras se redimen de sus errores y aceptan su fracaso como guardianes de la República.

Entre este grupo de diezmados jedi, se encuentra el joven Dant, quien escapó de las manos de su maestro y fue hallado vivo bajo los escombros de una de las naves que explosionó durante el asedio a Coruscant. Él y sus hermanos, se dirigen a un lugar en donde la muerte acecha y nadie logra escapar de ella...
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Una gélida brisa recorrió la espalda de Dant. Aún estaba conmocionado por lo ocurrido. Desde su captura, había visto decenas de jedis subiendo a transportes, pero ninguno de ellos se correspondía con su maestro, probablemente hubiese muerto, él intentó derramar lágrimas por su pérdida, sin embargo, sus últimas palabras habían borrado todo lazo sentimental que pudiese guardar con él.

Los transportes se dirigían al conocido como sector 47, un campo de asteroides en el borde exterior en donde en el más grande de ellos se había ordenado edificar una prisión, pero no cualquier prisión, esta era conocida como la Roca de la Sangre, todo el que entraba jamás salía. Dicho centro penitenciario había estado bajo la jurisdicción de los Hutt, por lo que siempre habia actuado ilegalmente bajo el amparo de la República. Artaxias, tras hacerse con el poder, tal y como había prometido, su primera ordenanza fue legalizar la prisión y convertirla en el eje del Nuevo Imperio Sith.

El nuevo emperador quiso instaurar un mandato de prosperidad y paz, pero sus pretensiones no fueron muy bien recibidas por el pueblo, quien había protagonizado innumerables actos vandálicos con la intención de derrocar al muevo régimen. Dichos actos eran infundados por lo que Artaxias decidió tomar medidas más austeras. Había reformado el Senado y lo había convertido en su residencia personal. Estandartes con el blasón del antiguo Imperio Sith ondeaban en cada calle de Coruscant. Había reforzado la seguridad policial y había creado un nuevo cuerpo de élite para la defensa de los bajos fondos.

Detestaba la sala de audiencias del Senado, por lo que decidió crear un consejo de administración el cual se reunía en la cámara alto del antiguo Consejo Jedi. A diferencia de este, la asamblea del nuevo emperador no constaba de más de 5 miembros, él y 4 de sus mejores hombres. Artaxias, a diferencia de su padre, era más apaciguado y tolerante, sabía que un régimen no podría gobernarse solo.

-Caballeros, he de anunciar que los actos llevados aquí, serán reflejo para la elección de mi futuro heredero.-Artaxias sabía que el legado de su padre no podía continuar, el era fruto de la lujuria, un Sith debía mantenerse fiel a sus dogmas.

No había tenido suficiente tiempo como para conocer a aquellas personas que ahora le rodeaban, pero estas eran quienes le habían otorgado la victoria en el campo de batalla, no obstante, si alguna de ellas le decepcionara, la remplazaría rápidamente sin que le temblase la mano al hacerlo.

-Espero que el cargo no os quede grande y sepáis ejercerlo con total naturaleza. Empecemos con una prueba de fuego, ¿qué hacemos con los insurgentes?-Artaxias tenía un plan en mente, pero quería escuchar de boca de sus señores aquellas ideas que les rondasen por la cabeza.

Star Wars : Fuerzas del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora