El nuevo Rey.

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Mamá siempre me hablo de su mejor amigo, Dragas. Un dragón único e inigualable, el más grande jamas visto, sus escamas eran de un color rojo oscuro y dorado como el oro más puro. Solo lo podía ver para luna llena, sus enormes alas cubrían casi toda la ciudad dejándola en completa oscuridad. Era muy solitario, solo mi madre había montado semejante bestia. No sabía como lo hacía, era increíble.
Una vez volé con ella y mis hermanas, a una visita al mar frío, allí se encontraba Syerna, donde sin saberlo allí pasaría la mayor parte de mi vida.
¿Mis hermanas? Las mataron y colgaron en la puerta del Castillo, las acusaron de bastardas, ilegítimas. Antes de que mi madre se fuera, yo ya estaba con Diana.

Han pasado diez años desde el vuelo de mi madre, nadie en el pueblo ha sabido mas de ella ni de Dragas, tampoco de nosotras. Ahora mas grande, mas madura, puedo entender que ella se fue para salvarnos, todo ese enojo y odio que le tenía se ha ido con el tiempo. Aquí nadie habla de eso, es como si nunca hubiera pasado. Solo Diana, mi madre adoptiva, sabe quien soy, ella era amiga de madre desde pequeñas. Diana es un poco parecida a mi, piel blanca casi transparente, ojos negros y cabello rojizo.
Hace unas semanas, para ser exacta, tres semanas, llego una carta de Castillo de Gloria, la capital, mi viejo hogar. Le suplique por días para que me llevara con ella, sin querer accedió.
Para el orden del Reino, ya se había elegido al nuevo Rey, Claris Hollwas. Una de las casas mas poderosas de Drowes. >La familia Hollwas comparte sangre de dragón, desde que Dione II (hijo del Rey Drasyion II y la reina Larys) renunciará a la corona, para casarse con Clara Hollwas de Wass.<
Claris, era el único heredero legítimo que podría sentarse en el trono de Gloria, no muchos estaban de acuerdo con esto. Entonces Claris, comandó a su gran ejército de 10.000 hombres a las puertas del Castillo, para reclamar su supuesta corona.
Para la paz del continente y cansados por las guerras sin triunfo, los señores y señoras del fuego accedieron, proclamando a Claris Hollwas, como Rey de Drowes, protector del Reino.

El viaje fue largo, al quedar Syerna al sur donde termina el Muro de Fuego y la capital, casi llegando al norte. Parecía que no llegariamos nunca.
El clima aquí es cálido, todo es verde y con mucho color, la ciudad no había cambiado mucho. Bueno, tampoco me acuerdo tanto, solo viví aquí 6 años.
Mis ojos se perdían en el Castillo de Gloria, su nombre le iba como anillo al dedo. Estaba ubicado perfectamente para tener un control total de la ciudad.
Diana estaba tensa, murmullaba mientras se frotaba las manos sin pirar.
- ¿Qué le sucede a mamá? - le pregunte a Kreis, mi hermano mayor.
Un joven de 20 años, delgado, con su cabellera negra y sus ojos verdes.
- Nos tenemos que encontrar con el Rey, y como tendrías que saber, nuestras casas no se llevan muy bien...- me respondió en voz baja-.
- Ni nunca nos llevaremos bien- nos interrumpió Diana furiosa- que me coma un dragón antes de jurarle lealtad a este Rey de mentira.
- mamá los dragones no existen, tendrías que cambiar de dicho- añadió Tom, el más pequeños. Ante su comentario, todos reímos-.
Ya estamos en la entrada de la fortaleza, las enormes puertas de oro se abrieron, dando lugar a nuestro camino hacía el castillo.
- Y entonces... ¿A que hemos venido? Si no juras lealtad, nos mataran- dijo Kreis preocupado-.
- ¿Piensas que tu madre es tonta? Claro que le jurare una lealtad frágil, como ellos hicieron con...
Antes que Diana terminara, sonaron la campanas, anunciando nuestra llegada.
El gran salon, estaba en presencia de todas las casas nobles. Todos esperando la entrada del nuevo Rey, para jurarle lealtad.

Mientras el tiempo pasaba, observaba el lugar donde mamá solía hacer reuniones. El salon era un gran círculo con nueve columnas de roca diamante, el suelo era blanco con dibujos hechos con oro, era precioso. Todos nos quedamos en silencio cuando se escuchó las trompetas, al abrirse las puertas, entro un hombre de cabellos negros, con piel morena, se veía musculoso, vestido con las armadura real. Anunciando la llegada del Rey.
- Señoras y Señores del gran reino de fuego, estan en presencia del Rey Claris Hollwas, de la casa Holl. Rey del fuego y sangre de dragon.
Y como las tradiciones nos indican aquí se dice...
"Larga vida al Rey y a su reinado, que el gran dragon nos proteja", después de decir todos esto, nos ponemos de rodilla mientras el Rey pasa con su caballo hacía el trono de Gloria.
Aún no podía saber quién era nuestro nuevo gobernante, tantas personas por delante y mi altura que no me ayudaba mucho para verlo. De tanto correrme para poder verlo, caí sobre Kreis hasta llegar al piso. Sin suerte, todos se dieron vuelta a mirarme. Interrumpiendo la llegada del Rey al trono, este se dio vuelta y me fulmino con la mirada. Estaba tan asustada que no me podía mover. Kreis me agarro del brazo volviendome a mi lugar, pero esto no se iba a quedar ahí. El Rey no se sento, y empezo a caminar despacio hacía mi dirección. Se detuvo a tan solo unos pocos centímetros de mí. Él al ser mas alto, mis ojos quedaron viendo su pecho, estaba tan asustada.
- ¿Quién eres? - me preguntó Claris en un tono tan alto, que hizo que saltara del susto- ¿no me escuchaste?
- Disculpe mi Rey, me llamo Jenis Tellarson de la casa Tellar mi Rey- respondí con la voz temblorosa-.
- Tellar, que gran casa...-irónico- les gusta pasar mucho tiempo en el suelo.
- Y a ti en un lugar que no te corresponde-grité, estaba furiosa, me había insultado a mi y a la casa Tellar, no lo podía permitir-.
Apenas termino de escuchar lo que dije, se puso furioso, se escuchaban susurros en todo el salón.
De pronto me agarro bruscamente del brazo y me puso de rodillas, maldiciendome. Me había metido en un gran lío. No se que podría pasar.

Ecos de sangre. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora