Capítulo 2

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Regla numero uno del reino de los dragones: "nunca enamorarse de un humano, si esto ocurre se le castigara con la muerte y si nace una criatura se le ocupara como señuelo para las próximas guerras, al la criatura mítica se le condenara a pasar la eternidad sólo."

Los chicos se tomaban de las manos, su amor desbordaba por todos lados, ambos tenían un hijo de hermosos cabellos rubios y dulces ojos verdes cual esmeralda.

Su vida era plena, hasta que los reyes de la ciudad vecina decidieron hacer lo que se les vino en gana y las guerras comenzaron.

                              III.
                            🌲

Sinceridad.

Sus manos se rodearon de una extraña calidez, se sentía tan bien. Sus manos se posaron en el rostro de Katsuki y acaricio las mejillas con cuidado. Habían llegado a Ohara hace unos minutos, a unos pasos estaba su maestro Yagi y su profesor Aisawa viéndolo con una expresión que daba muchas cosas que entender, su nerviosismo le hizo aumentar el sonrojo que cargaba en la cara, y de manera rápida y un poco brusca soltó las mejillas de Katsuki al darles una palmada.

Se alejo un poco del lugar y fue con su amiga castaña, la chica estaba comiendo dulces que el por supuesto no sabe de donde los saco, le arrebato una paleta de miel de las manos y se la hecho a la boca, comenzó a pensar un poco las cosas, sin duda van a pasar muchas cosas extrañas en su viaje por encontrar la gema.

Una vez acabada la paleta de miel y discutir con la chica por su osadía de robarle un dulce se fue a la posada. Se llevo un susto cuando vio a Kacchan (como va a comenzar a llamarle ahora (inconscientemente)) acostado en su cama, el rubio le daba la espalda y por un momento creyó que estaba durmiendo, así que su acerco lentamente con la intensión de tirarlo de está. Se en carrero un poco y salto con su objetivo en mente, el rubio volteo inesperadamente y lo tomó de la cintura, tirándolo a la cama. Izuku comenzó a forcejear, intentando soltarse del agarre dejándolos en una posición sugerente.

Aisawa entro a la habitación.

—Disculpa no quería interrumpir su momento de amor. —Izuku podía jurar que escucho una carcajada cuando salió, su rostro ardía de la vergüenza.

—¡No, no es lo que parece! —intento justificarse, pero el profesor ya se había ido, tiro el rostro en un gesto derrotado, ahora se sentía frustrado. ¿Qué quería ése rubio de él? Le preguntaría seriamente y si le contestaba lo mismo le iba a soltar unos buenos golpes.

—Deku... —Escuchó, volteo la cara con una expresión molesta. Pateo al rubio en el estomago no tan fuerte para no lastimarlo y se levanto de donde estaba. ¡Ya estaba harto de la situación!

—¿Quién es Deku? —preguntó con una clara mueca de confusión y enojo. —¡Ya aste a un lado extraño pesas!.

—Pues obvio que eres tú —la risa de Katsuki le pareció adorable, y admirablemente terrorífica.

Su sonrisa era una mueca entre superior y enojada.
Pero aun así sonrió, sus mejillas se colorearon de un bonito color rojo (más por la pena de quedar como un tonto que por nerviosismo) y sus grandes ojos verdes se hicieron más pequeños.

—¿Quieres ir al festival conmigo? —la pregunta de Katsuki le tomó por sorpresa, no creyó que a pesar de que fuera la  autoproclamada esposa del chico, por parte de él, le invitará, el creyó que lo llevaría a la fuerza.

—Pero si ni siquiera te conozco. Me "secuestras" con un bebé en brazos y ahora me ¿invitas al festival?, eso es raro. —Kacchan pareció pensarlo un momento y al cabo de unos segundos asintió. Miro al pecoso directamente, sintió que esa mirada podía atravesarle el alma, un poco alterado acepto. —Esta bien, pero sólo si prometes llevarme con el bebé de mis maestros.—

U prošlim životima/pausada/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora