El hilo rojo con mi ídolo- Kim Hyun Joong

Sin querer

— ay, el café que pedí le falta azúcar, esta bastante agrio— digo y me levanto de mi asiento para pedirle a la azafata un poco de azúcar. Hoy me levante tarde, casi pierdo el vuelo, pero llegue Justo a tiempo, en un par de horas ya me estaré preparando para ver a mi ídolo en el concierto.

Mientras voy caminando por el pasillo suena el parlante

— turbulencia, le pedimos a todos que tomen asiento  y abrochen sus cinturones.

Yo estoy parada y la turbulencia me hace perder el equilibrio, mi vaso lo sostengo con mi mano derecha, fue todo tan rápido, que mi café terminó volcado en el hombre que estaba sentado al costado.

—¡perdón ! ¡Mil disculpas!

El hombre se notó molesto pero no pude ver su cara porque tenía una gorra, él lo único que hizo fue agarrar unos pañuelos y limpiarse.

— ¡le ayudo! Le digo y agarro un pañuelo que tenia y comienzo a secarle la pierna.

— ¿que hace? Deje  por favor , ya está

— No no, descuide, déjeme ayudarlo— dije mientras seguía secándolo rápidamente

—¡ya!— me dice mientras saca mi mano molesto — ¡dije que esta bien, ya no me siga limpiando! — de verdad estaba molesto, y entiendo, el café estaba caliente

— aish, esto quema

— perdón perdón— le digo preocupada y avergonzada

Había olvidado que los orientales son muy reservados, a lo contrario de nosotros, se habrá sentido acosado y enojado
Aparece la azafata

— por favor señorita vuelva a su asiento, yo lo ayudo al hombre y enseguida le llevo otro café.

Mi cara esta completamente roja, ¡que vergüenza ! Jamás pase un momento así, para colmo, mi asiento está tres asientos atrás del suyo a las izquierda.
No pude ver bien su rostro pero pude notar que es bastante guapo, pero obvio, mi Kim Hyun Joong es mucho más lindo.

Termina la turbulencia y la azafata lo ayuda a bajar su bolso de arriba, el agarra una remera, creo que es una remera, mira para atrás hacia donde estoy yo con una mirada molesta, Justo cuando se encuentran nuestros ojos me tapo con la almohada y veo hacia otro lado, pero su cara fue extraña, como sorprendido, su cara de enojo se transformó a un ¡yo te conozco!, o quizás me lo habré imaginado. Él se va al baño a cambiarse y limpiarse