Prólogo

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Había llegado la fría noche, él sabía que ya era hora. Verla ahí acostada con el cabello enmarañado y los ojos cansados le hizo recordar por qué la amaba tanto.

—¿Recuerdas el día que nos conocimos? — Preguntó él.

— Recuerdo cada maldito instante a tú lado. — Contestó ella mientras sonreía.

— No me arrepiento de haber sacado el celular en clase. —

— Ni yo de vender periódicos en esa parada. — Dijo mientras lo besaba.

—Lamento tanto todo lo que ha pasado, yo siempre quise protegerte. — Contestó con la voz rota.

— Adiel sabe en dónde estoy ahora, ya no puedo seguir escondiendome. —

— No lo hagas, por favor. — Él suplicó.

Ella se separó y comenzó a ponerse los zapatos, hubo un silencio que parecía eterno mientras ella encontraba las palabras correctas para decir.

— Todo esto es por ti, yo no valgo la pena. — Contestó llorando.

— ¿Después de todo lo que hemos pasado? — Gritó. — No puedes ser tan egoísta. —

— Las peores cosas de la vida llegan gratis hacia nosotros. — Dijo mientras limpiaba las lágrimas que caían por sus mejillas.

Sabía que sí salía por esa puerta ya no volvería a verlo, ella pensaba que lo hacía por el bien de los dos pero él pensaba que estaba siendo egoísta, ¿Cómo podían estar de acuerdo?

Se puso la chaqueta, tomó las llaves y el arma de la encimera mientras él la veía, no volteó para despedirse porque sabía que iría corriendo hacía sus brazos. Salió para subir a la camioneta y sin decir una sola palabra más condujó por varios kilómetros pensando en toda la mierda que estaba sucediendo.

— "Tienes que hacerlo aunque no quieras." — Se repetía una y otra vez en su cabeza.

Aún así siguió sabiendo que esa decisión podría costarle la vida.

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