3: Reencuentros y presentaciones

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Estaba hecha un desastre. Por culpa de mi papá no había podido dormir en toda la maldita noche y las ojeras que tenía, además de la cara de pocos amigos, eran la prueba de ello. Para empeorar la situación hoy mi papá me había enviado un mensaje avisándome sobre un compromiso suyo que, lamentablemente, me involucraba.
Hacía media hora del dichoso mensaje, y según lo que su contenido decía apenas me quedaba 1 hora y media para intentar hacer desaparecer cualquier rastro del zombie ambriento de cerebros humanos que era en estos momentos. Sería difícil  pero no imposible... o eso creo.
Me levanté de la comoda y abrigadora cama que me había servido como un refugio contra monstruos la noche anterior y me dirigí con toda la lentitud del mundo hacia el baño, hice mis necesidades (que para ser sincera me estaba meando ya que la noche anterior no me había atrevido a dejar mi bunquer), lave mis dientes u me desvesti para darme una ducha.
Me gustaría poder decir que tuve una ducha extremadamente relajante, y que el agua tibia caía por cada rincón de mi cuerpo, pero, desafortunadamente eso sería un gran mentira
. Lamentablemente para mí, la única manera de que mi cuerpo se despabile es darme una ducha de agua helada, además, todos sabemos que si uno está apurado lo peor que puede hacer es darse una ducha calentita ya que te relajas tanto que te entretenes con boludeces y no salís más.
En fin, me di la helada y corta ducha, lave mis dientes y salí del baño para buscar algo decente que ponerme.
Entre toda la ropa que había traído encontré, gracias a Dios, el outfit perfecto. Una mezcla entre lo formal y lo informal ya que mi adorado padre, nótese el sarcasmo, no se había dignado a responder mi mensaje en el cual le preguntaba adónde iríamos, por lo que claramente no sabía cómo vestirme para la ocasión.
Decidí no perder más tiempo divagando en tonterías por lo que me vestí, me maquille lo más natural pero a la vez lo mejor que pude, y desenrede mi cabello para luego secarlo con el secador y hacerme una tirante y lo más perfecta posible, cola de caballo.
Termine de hacer todo esto y miré la hora en mi celular, eran las 9 y media de la mañana, genial, todavía tenia 20 minutos antes de tener que salir del hotel. Como no tenía nada que hacer, ni tampoco tenía hambre como para bajar a desayunar decidí entrar a Instagram para ver si había algo interesante. Le di likes a un par de fotos, vi algunas historias y respondí todos los mensajes que pude que me habían enviado mis seguidores. Ya me había aburrido de estar en el celular por lo que decidí finalmente bajar con mi padre y mi hermana, no sin antes sacarme una foto para Instagram ya que no subía una hacía unos cuantos días.

@valeriam10 : ♦️♦️♦️

Bloquee mi celular, tome mi cartera con todo lo necesario adentro de ella, agarre una campera de cuero por si me daba frío y baje

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Bloquee mi celular, tome mi cartera con todo lo necesario adentro de ella, agarre una campera de cuero por si me daba frío y baje.
Cuando llegue a la recepción del hotel vi a mi papá sentado en uno de los sillones metido en su celular, me llamó la atención el no ver a mi hermana ahí pero igualmente me dirigí hacia el y me senté enfrente.

-Por fin nena- hablo sin mirarme.

-No se de qué te quejas porque estoy 1 minuto antes de lo que tenía que estar-

-Si pero todavía no desayunaste-

-No te preocupes cargue esto en la mochila- dije sacando mi infaltable jugo verde compañero de mañanas. No se como las personas pueden decir que es horrible, es lo mas delicioso y sano que existe sobre la faz de la tierra - ¿Y mi hermana?-

Pequeña princesa - Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora