10: Nuevos comienzos

177 4 0
                                    

Paulo:

Ya me había vestido y estaba en la sala esperando a que Valeria llegará ya que ella prefirió que le mandara la dirección de mi casa y venir sola para acá en lugar de qué pasará a buscarla, una prueba más de que está muy enojada conmigo.  Pero hoy tenia planeado arreglar las cosas entre nosotros y decirle lo que realmente quería con ella. Aunque para ser completamente sincero mi cabeza era un lió y no estaba seguro de absolutamente nada.

Para dejar de pensar en ella, aunque sea por un rato, me puse a ver un capitulo de la serie que estaba viendo en Netflix.

Ya había terminado de mirar el capitulo cuando sonó el timbre de mi casa, me levante del sillón y fui a abrir la puerta. Cuando la abrí me encontré con ella, tan hermosa como siempre, y otra vez me quede sin palabras.


Valeria:

Una vez termine de bañarme llegó la parte más difícil de todas, vestirme. Siempre que tenía que ir a alguna parte me agarraba una mini crisis nerviosa cuando tenía que vestirme. Al final, luego de haber sacado toda la ropa de mi valija, termine decidiéndome por algo muy sencillo, después de todo solo iba a ir a su casa.  Cuando me cambie me seque el pelo y me lo deje suelto, no pensaba maquillarme así que me tire en uno de los sillones con el celular.

Luego de un rato decidí pedir un Uber ya que Isabella no estaba en la casa y había quedado con Paulo que yo iba a su casa por mi propia cuenta. Pasaron unos 10 minutos y llego el auto, me subí a este y le indique la dirección.

Luego de un viaje bastante largo llegue a su casa, le pague al chófer y baje del auto. Me dirijo a la puerta y toco el timbre. A los pocos segundos Paulo abrió la puerta y se quedo mirándome sin decir nada, de seguro estaba horrible, ahora que lo pienso mejor debería haberme arreglado un poquito mas, de seguro parecía una crota.

-Hola-digo para terminar con el incomodo silencio que se había generado.

-Hola-dice reaccionando- perdón, pasa- se hace a un lado para que entre.

-Gracias- entro a la casa y me siento en uno de los sillones de la sala. 

-¿Queres algo para tomar?.

-Un vaso de agua esta bien.

-¿Segura? ¿no preferís una cerveza o gaseosa?

-Una cerveza estaría bien- sonrió.

-Sos de la mías- me corresponde la sonrisa- ya vengo- se va a buscar las cosas.

Luego de unos segundos vuelve con dos latas de cerveza en sus manos y me entrega una. Luego de eso se sienta en el sillón que estaba frente al mio.

-Y decime, ¿cuanto tiempo mas te vas a quedar acá?-me pregunta mientras abre su lata.

-No lo se, se suponía que en dos semanas tenia que volver a Los Angeles pero me cancelaron algunos compromisos así que quizás me quede un tiempo mas- abro yo también mi lata.

-¿Vivís en Los Ángeles?

-Si, trabajo en una agencia de modelaje de allá.

-Que bueno, ¿y te gusta allá?

-Si, es muy hermoso, aunque lamentablemente no pudo disfrutar mucho de la ciudad porque prácticamente tengo mas trabajo que vida- tomo un sorbo de la cerveza.

-Te entiendo completamente, yo tampoco tengo tiempo.

Seguimos hablando de tonterías de la vida hasta que me acorde de lo que había venido a hablar.

-Che, ahora que me acuerdo yo te dije de juntarnos porque tenia que hablarte de algo importante.

-Yo también quería decirte algo pero habla vos primero.

-Te quería pedir una disculpa por el exabrupto del otro día.

-¿De que hablas?- pregunta sin entender.

-Del beso- digo mirándolo- Esta claro que vos solo queres ser mi amigo y yo no se que me paso que me confundo, así que te pido unas disculpas por eso y te propongo que nos olvidemos que eso paso y que seamos amigos. 

-Bueno, esto es incomodo- dice rascándose su cabeza.

-Ya se que es incomodo hablar del tema, pero no podía dejar de decírtelo.

-No eso no es lo incomodo.

-¿Entonces que?

-Lo incomodo es que lo que yo te quería decir es que se que me porte como un boludo y te confundí y por eso te debo unas disculpas- se levanta del sillón y se sienta al lado mio- Pero ahora quiero arreglar eso y aclararte las cosas, yo no quiero ser tu amigo.

-Ah, bueno -digo algo incomoda- entiendo que no quieras volver a hablarme después de lo que hice, así que mejor ya me voy, un gusto haberte conocido- me levante de el lugar donde estaba para irme de la casa.

-Nonono- dijo parándose y agarrándome del brazo para que no me fuera- creo que me explique mal. Yo no quiero ser tu amigo, porque a mi me interesas de otra manera, no te puedo decir que me gustas porque hace muy poco que te conozco, pero la verdad es que me gustaría que saliéramos.

-No se que decir- respondo sorprendida por lo que me acababa de decir.

-Solo te pido que nos demos una oportunidad para saber si podemos tener algo lindo.

-No lo se, a mi me interesas y no te lo puedo negar,  pero no quiero salir con alguien que un día me dice que le intereso y al otro me trata como si fuera una simple amiga suya- lo miro- Ademas dejando eso de lado no se si podamos tener algo, vos vivís acá y yo en Los Angeles y estamos trabajando todo el tiempo- hable rápidamente, siempre que estaba nerviosa me pasaba lo mismo.

En ese momento no pude seguir hablando porque Paulo me beso. Me sorprendí por eso pero de igual manera le seguí el beso.  

Al final en unos pocos minutos Dybala hizo que me volviera a confundir. No se que es lo que siento, ni si esto va a funcionar o no, lo único que tengo claro es que desde que apareció en mi vida ya no tengo nada en claro. 

-¿Y?- me pregunta cuando nos separamos- ¿empezamos de nuevo?

-Claro que si- esta vez lo beso yo.













Pequeña princesa - Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora