8. You should know whatcha falling for

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Después de mucho tiempo, a Peter le hubiese gustado quedarse unos días más en Francia. Un hecho absolutamente inusual para quien ha recibido toda la basura que el hijo de Apolo obtuvo por años de todo lo que tenía, su familia política. Michelle incluso se mostró escéptica cuando se lo dijo antes de abordar el jet que solía pertenecer a Victor pero que Lorraine, en medio de una acalorada disputa con el pelirrojo, concedió al que llevaba haciendo más contribuciones al apellido francés. Claro que al artista no le importó, él podría comprar tantos como le viniera en gana, su padre era Jerome y sólo ese hombre era quien dirigía las finanzas de los Delacour, y bien él solía ser un bastardo afortunado que terminaba consiguiendo casi todo lo que quería —A excepción del esposo de su hermano, claro está.

Y es que al desinteresado modelo de Maxine le encantaría monitorear personalmente las variables de su juego en aquel país, tenía tantas cartas desperdigadas por su mesa parisina que se movían a ritmos diferentes y necesitaban de pequeños empujes para seguir corriendo con la misma eficacia.

Pero él también tenía una misión que atender, una con un universo ilegible contenido en dos cuencas marrones y un magnetismo indómito.

Motivo por el que se encuentra caminando tranquilamente por corredores de la empresa asociada con la que pronto obtendrá una gloria sin igual, su compañero y viejo amigo, Bruce Banner a su derecha guiando sus pasos con una sonrisa amable y dulce que hace derretir a Benjamin. Fuera de toda la desconfianza que tiene con el mundo, el doctor es de sus personas favoritas, siempre tan atento, cuidadoso e inteligente, él es una joya que Peter adora mantener a su lado.

El inglés había vuelto el día anterior, tras doce días de ausencia, de los cuales sólo la asistente conocía la razón de tanta falta, en los que su equipo no pudo hacer demasiado, Tony Stark se había integrado al proyecto a mediados de la semana a pesar del abandono de Peter e iniciado con la base del cartógrafo según las indicaciones previas que Jones concedió.

Lo que les llevaba a ese momento, en el que ambos científicos arribaban Stark Industries en busca de unas herramientas que el hombre de aspecto calmo necesitaba para su investigación.

— ¿No significará un problema para Anthony el que entre a su taller sin su permiso? —pregunta el castaño con un angustiado tono

—No lo creo Benjamin. Estoy seguro de que Tony no tendrá problema alguno con que me acompañes por los planos que dejé en su taller. Podrías, incluso, darle un vistazo a otros experimentos que voy desarrollando con él, apostaría lo que fuera a que van a encantarte. Puedo llegar a ser alguien sorprendente.

Alguien al otro lado del pasillo conoce esa voz, tiene años escuchándola hablar de ciencia y no puede evitar aguardar sigiloso para cotillear un poco. Hace mucho tiempo que Bruce no usa ese tono, si bien su amigo es un caballero lleno de modales la mayoría del tiempo, esta vez hay un timbre distinto entre su barítono, hay un matiz ronco y fluido. Uno que Tony no puede ignorar. Porque, ¿acaso el doctor Banner está coqueteando sutil y discretamente?

—Sería fantástico de ver, Bruce, pero ¿estás seguro que no habría ningún problema? Sabes que la mayoría de los científicos somos bastante recelosos en lo referente a nuestros proyectos. Además, considero que podría ser maleducado de mi parte entrar sin más.

—Ya te lo dije, no habrá problema alguno, pero si lo prefieres puedo llamar a Tony para pedirle tu acceso.

—Considero que sería lo mejor, Brucie. —los ojos cafés de Tony observan el brillo en aquellos océanos de perdición, siente una ola golpearle cuando una sonrisa perfecta se extiende entre sus mantos sagrados y un inexplicable impulso le obliga a salir a escena y atrapar la atención del hermoso joven.

Starring Role |Starker|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora