Seunghoon y Seungyoon entraban al apartamento que compartían riendo a carcajadas pero estas paran tan pronto encienden la luz y ven a Jinwoo frente a ellos cruzado de brazos.
-¡Jinwoo! -grita Seungyoon con falso entusiasmo por los nervios.
-Jinwoo nada. Se lo que hicieron.
-Lo que nos pediste por supuesto. -interviene Seunghoon.
-Les pedí que buscaran el lugar. ¡NO QUE FUERAN AL LUGAR! -gritó lo último para luego tomarse la cabeza.
-¡Yah! No tienes que gritar. Además, no hicimos algo malo... -habla Seungyoon.
-¿Y esto? -le saca la peluca a Seungyoon. -Están locos.
-Pero nos amas. -habla Seunghoon mientras se saca la barba y el bigote. Eso hace reír un poco a Jinwoo haciendo que se relaje.
-Oye pero... ¿Cómo supiste? --habla Seungyoon de nuevo.
-Minho. Me escribió para contar su extraña experiencia con dos locos que fueron a pedir un divorcio cuando se casaron en el Caribe pero se veían más falsos que la palabra. Solo pude pensar en ustedes. -se ríe un poco. -Ya que fueron, supongo que pueden decirme exactamente el lugar donde queda la oficina.
-Por supuesto. -Seunghoon saca un papel del bolsillo izquierdo delantero de su pantalón y se lo extiende a Jinwoo.
-Muchas gracias. Ahora los dejo queridos. -se va a la puerta pero luego se gira confundido. -Por cierto... ¿De dónde sacaron esos disfraces?
-De la agencia claro está. -dice Seunghoon. -Ya sabes, de esa utilería que casi ni se usa por lo antigua que está.
-Oh bueno. Nos vemos. -están vez si sale y simplemente da unos pocos pasos a su derecha.
Si. Vivía justo al lado de esos dos locos. Gracias a los cielos que era un buen lugar y no se escucha nada a través de las paredes.
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Luego de graduarse de la escuela superior uno solo piensa en seguir estudiando para un gran futuro. Eso es lo que hizo Song Minho pero luego de diez años llegó el gran día de la reunión de la clase graduanda. Su amigo, Nam Taehyun, era uno de los o...