Primera parte.

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Estaba arrepentido desde el momento que entró en aquella avioneta.

Tenía muchas ganas de llorar, más estaba conteniéndose para que los otros nueve pasajeros no lo notaran.

¿Por qué le había hecho caso a su madre?

¿Por qué no se quedó mejor en casa a llorar junto con un enorme recipiente de helado?

¿Por qué no se quedó mejor en casa a llorar la enorme traición que le ocasionó su ex prometido Jasón al dejarlo plantado en el altar?

Ya habían pasado siete meses y aún tenía muy presente lo ocurrido aquel día.

Todos lo habían visto con demasiada tristeza y lástima.

"Jasón no vendrá cariño" Susurró Jay poniendo a su costado. Todos los invitados ya se habían retirado de la iglesia, habían esperado por tres horas al novio y este jamás apareció, ni respondió ninguna llamada o mensaje en su móvil. "Lou..." Intentó de nuevo Jay.

"¡No!" Soltó bruscamente alzando sus manos para que su madre no continuara hablando. Limpió las lágrimas que salían a borbotones de sus ojos y la miró. "Jasón jamás me haría esto mamá, algo le habrá pasado a su auto, su móvil de seguro se a quedado sin batería... Sé-Sé que llegará."

Jay lloraba porque su hijo se negaba a ver y aceptar que Jasón jamás llegaría para casarse con él.

Después de eso, Louis ya no volvió a ser el mismo.

Para Jay fue demasiado difícil ver a su hijo de esa forma todos los días. No comía, apenas dormía, ocultaba sus sentimientos de todos lo que querían platicar con él, trabajaba como un completo robot sin emociones.

Su hijo ya había perdido la ganas de vivir, más ella sabía que Louis tenía que conocer otros horizontes, darle una nueva oportunidad a la vida, estaba segura que aún quedaban muchas personas buenas en el mundo, personas llenas de buenos deseos y sueños, capaces de amar y valorar a los demás.

"Tienes que distraerte Louis, respirar otros aires, mirar otros paisajes, conocer gente nueva"

Tardó un par de semanas pero Louis por fin decidió hacerle caso a su madre con tal de que lo dejara en paz.

Más en ese momento se arrepentía, su decisión de cambio y de conocer nuevos horizontes, era demasiado extremista.

No sabía en que estaba pensando cuando le hizo caso a su secretaria sobre leer aquella guía de excursiones y viajes exóticos.

No sabía en que estaba pensando cuando sus ojos se iluminaron al ver el enorme apartado del monte Everest.

No sabía en que estaba pensando cuando desbloqueó su teléfono para llamar y preguntar por más información.

Más si tenía una cosa muy clara, si lograba tocar la punta del maldito monte Everest, le demostraría a todos que no era un jodido debilucho, le demostraría a cada una de esas personas que dudaron y se burlaron de él, que era fuerte y capaz, y que no necesitaba a nadie para lograr cualquier cosa, incluyendo al bastardo de su ex.

Sabía que una vez estando en la cima del monte más alto del todo el mundo, gritaría todo lo que oculto por meses, gritaría y desecharía todo el dolor que su cuerpo experimento, quería sentir esa sensación de poder tocar el cielo y se acariciado por este.

"Damas y caballeros en unos cuantos minutos estaremos aterrizando en el campamento base Everest, ahí se encontrarán con sus guías asignados, les dirán donde podrán asearse, descansar, comer, cualquier cosa que ustedes necesiten. Gracias" Finalizó el piloto de nombre Benjamin William, un hombre canoso de no más de sesenta años.

Everest. ||LarryStylinson|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora