Epílogo.

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Podía sentir su desayuno de aquella mañana  apunto de salir por lo revuelto que se encontraba su estómago.

Su traje le apretaba y estaba muy seguro de saber el porque...

El estar comiendo muchos de esos deliciosos pastelillos de chocolate la última semana habían dado demasiados frutos.

Todo se debía al estrés de todas las cosas por hacer y los terribles nervios de saber que su boda se celebraría en menos en diez días.

Nunca pensó que le afectaría mucho en ese momento, Harry lo acompañaba con un pequeño pastelillo, más el terminaba comiéndose cuatro.

¿Por qué Harry nunca me puso un alto?

Ahora era una pequeña salchicha embutida.

"Debes de tranquilizarte Louis" Habló su madre admirándolo con aquel lindo traje blanco por el espejo. "Luces increíble hijo"

El pequeño castaño jaló un poco más la tela hacia abajo e hizo una mueca. "No mientas mamá, hace una semana si lucía increíble, ahora me aprieta por todos lados, no quiero ni agacharme, estoy seguro que se romperá"

"Por supuesto que no cariño" Lo reprendió Jay con el ceño fruncido. "Hoy es su día y todo saldrá perfecto"

Jesús. En verdad esperaba que todo saliera perfecto.

Hoy iba a casarse, después de un poco más de dos años de relación y de su llegada de Australia, hoy se casaría con el verdadero amor de su vida, Harry.

El castaño trató de sonreírle a su madre. Giró su rostro para verla, ella siempre era demasiado optimista, el hermoso vestido color violeta que estaba usando resaltaba divinamente sus ojos. "Gracias mamá" Murmuró abrazándola. "Gracias por siempre estar aquí, amo como ese vestido luce increíble en ti"

"Oh cariño" la mujer apretó más el abrazo con sus brazos y comenzó a ventilar sus ojos para tratar de detener las lágrimas. Su maquillaje se arruinaría. "Vamos amor, tenemos solo unos minutos antes de que todos los invitados lleguen a la iglesia"

La vida de Louis y Harry desde su llegada había sido lo mejor que le pudo haber pasado a ambos.

Al principio, Harry había decidido rentar un departamento a unas cuantas calles de su casa, Louis se había negado pero el rizado sintió que tenía que ser así, ya que quería hacer las cosas bien.

Más ese departamento se la paso la mayor parte del tiempo solo en aquellos escasos seis meses que estuvo ocupado por el rizado.

Harry prácticamente solo pagaba la renta para tener guardada las prendas de ropa térmica que había usado en las expediciones del Everest, una que otra caja con varias pertenencias de aquel lugar y todo su equipo.

Al final, Louis se había salido con la suya, Harry aceptó a que vivieran por fin juntos y bueno el rizado siempre trató de justificarse diciendo que su empleo le quedaba mucho más cerca.

Más sabía que era un mentiroso, su promesa de hacer las cosas bien valieron un carajo, no podía estar lejos de Louis de ninguna forma.

Harry había comenzado a trabajar nuevamente en el periódico, buscar el empleo no había sido difícil, el joven de recursos humanos había quedado fascinado con su currículum.

Podía decir que estaba contento, se sentía realmente contento y un poco nostálgico ya que el primer día lo había llevado a un enorme viaje lleno de recuerdos en sus días en la universidad y de su último empleo en su pueblo natal donde haría algo muy similar.

Se encargaba de la edición y tenía un breve apartado sobre experiencias de viaje y deportes extremos; en pocas palabras Harry tenía que escribir en su mayoría sobre el monte Everest.

Everest. ||LarryStylinson|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora